Un día salí por la puerta de atrás, susurrando a las sábanas,
salí porque tenía que salir a escuchar el mensaje de los pájaros;
pero me di cuenta de que una nube estaba perdida,
parece que quería que le mostrara el camino.
Sin embargo, ella me lo mostró a mí,
puso en mis cuadernos un sin fin de preguntas,
después me fue dando cada respuesta;
ahí estuve toda la mañana leyéndolas,
ahora sé que cada nube tiene sabiduría.
Tengo un dormitorio en cada nube ahora,
cada noche un sueño se hace presente,
luego las tertulias se manifiestan en el subconsciente;
comprendo que los grilletes son adornos,
luego entendimiento y finalmente práctica;
a oscuras se puede notar el ojo del gato,
así también nuestras sabias notas.
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