sólo la conexión semejante a mis insomnios,
sólo el margen que permite a mis andamios
despegar con turbinas de hojarasca
y alas de cieno que rompen la ergástula
en los a menudos del ajetreo del sistema.
Pero, ¿qué hago en esta banqueta de púas?
Acaso espero el rumor de aldabas y llaves,
acaso espero el oleaje que irrumpe
y desespera el sonambulismo de mis petates;
no sé, tal vez encuentre en vos una centella
que penetre en el trasfondo del iris de mis letras
o abra la jaula donde los espectros se suicidan.
No logro convertir mis lumbres en penumbra:
solamente la sombra sostiene el hollín de la queja,
solamente la poesía aguanta con todo el péndulo,
solamente en el verso, el beso de la brújula de las bandurrias
y el viento que hace escuadra con nuestros vértigos inconclusos.
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