Grises los domingos
cuando la resaca ataca
y en mi cocina pasan
de amarillo las ratas,
me visto de harapos
y forcejeo los gazapos
que duermen a la orilla
alojados en la villa,
entre tanto la vigilia
hace maravillas
de muchos pajarillos
que viven del vacío,
camino entre líos
y agarro de los pelos
los encachimbados tíos
que quitan a los pobres
sus únicos cartones,
sillas se lucran del navío
y las alondras mueren
ahogadas en el río
y sus glóbulos hieren
en las raíces del ingiere
que también con inocencia
mueren al ras de la violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario