Lámparas rodantes tornándose comensales...
Desiertos mediocres, nubes que viajan, desamores que tienen que buscar su acero para calmar su moho, sombras que se convierten en camas de mediocres, pedestales que compactan a sus obreras pagándoles una miseria, torpedos que salen y entran de lo más profundo de las entrañas del submarino, que poco a poco se hunde en el llanto. Mentiras y más mentiras derritiéndose como hielo en las posaderas del cerebro, los establos estan llenos de caballos pero solo unos pocos saben lo que hacen, capaces las olas que permanecen cuando la marea baja, tornillos y desarmadores estridentes construyendo el inmenso desierto mediocre, donde los buitres con su rapiña arrancan los últimos suspiros de aquella manta vieja. Lámparas rodantes tornándose comensales, pidiendo que la botija se las llenen de pasión y deseos; que trabajo más duro el de la perra, tener que soportar a tanto perro sobre ella, que trabajo, que profesión, que desierto mediocre...
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