La poesía vuelve como la aurora y el ocaso...
Jorge Luis Borges.
Un día llamo a mi puerta un poeta, y me dijo: Bajo la llama de tu horno está la leña que encenderá tu fuego. Cuando se marchó me dije: ─Porque el vate me declamó eso. Ahora entiendo, las lechuzas miran de día, los árboles tienen su ajetreo constante, los versos tienen su simetría, las palabras tienen sus palabras, las aves tienen su derrame vertical en el vértigo que las ataca, la playa solo es el comienzo del infinito, la luna es nada más una fuente de luz que vive en cada interior de las barracas, la similitud del desdén con la salmuera del amor es muy constante en el verano, las veredas solo son un camino equivocado para las sienes que las recorren. Mostrando el camino voy, a paso veloz; dejame decirte que ser poeta es para voz, pues no hay ningún impedimento solo Dios. El vate que me visitó iluminó mi mente; pero no fue él sino el Omnipotente...
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