Más despacio que nunca, casi agónicas,
marchan y duelen estas voces o estrellas...
Efraín Huerta.
Deshielo de palabras centellantes en la tormenta, sopa de moluscos desvencijados en la cuna galáctica, terneras degolladas por la punta de la espada terrenal. Compraventa de ganado desconocido en la esquina de Chalatenango, pieles robadas a los cocodrilos del Nilo, mareas que traen pedazos de seres a la orilla del cántaro, miradores de impureza humana, moretones del tiempo en la orbe espectral, tornados de Luna en la mitad de la noche. Cuchillos que viajan del exterior de la tierra hasta el mundo vivo de los órganos, manchados tobillos por el resplandor de la llave, mares de hollín por las crueles fábricas, tormenta del desierto en plena ciudad, complejos de araña al tejer venganza, entorpecer candados al tropezar con la obsesión. ─Siempre dos cosas son mejor que una; pero, a veces una es mejor que dos, la codicia sueño pesadilla. Los cuarteles de estos, son las familias irresponsables, las armas se las venden los guardias, o ellos mismos se las fabrican, cruel es el orbe de la codicia sino creemos en el Alfa y Omega...
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