Observo como reverdece la herrumbre
cada segundo que pasa, besos de impacto;
una vez alguien me dijo: esto es protección,
ahora resulta que los payasos las utilizan
para hacer reír al mediocre frente a la TV;
mientras los chicos juegan a matar el corazón,
el diablo baila junto a las balas de plástico.
Entre ecos de cohetes: el disfraz de las balas,
falsas alegrías, enredados cañones en cadena;
sin embargo, en lo lúgubre de las veladoras:
la esquirla que viaja a través del pómulo,
venganza próxima al crepúsculo del demonio.
He visto de cerca al pelo fétido a la muerte,
pero nunca he tratado de raparle la cabeza.
Está próximo el rumor de caos infernales,
las veredas se preparan y reciben osamentas.
Hoy las flores se han convertido en balas,
mañana el cielo bombardeará con misiles.
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