Únicamente por las noches
puedo oír su suave voz;
me siento junto a ella
y comienzo a besar su luz.
Luego ella corre hacia el abismo,
mis ojos lloran, mi corazón se sale;
sin embargo, se agarra de mi pecho,
comienza a besarme en el beso eterno.
Princesa nocturna, princesa ilusoria,
no me abandones, duerme en mi regazo;
haz que la noche sea un sueño realista,
regálame otro beso eterno, ─¡qué dure!─,
lo guardaré en mi pecho, será mi corazón.
Enciende una vela, espérame en la mesa,
que mi espíritu ya llega a la cita obscura;
me acerco y veo entre la dispersa niebla,
aquella figura que me ama y me habla.
Por fin estoy junto a ti para siempre,
como las estrellas en el finito universo;
por fin mi espíritu y el tuyo, sólo karma,
perdóname, me quité la vida, ─¡amor!─;
hoy siento que la obscuridad me abrasa,
pero te amo tanto, me ahorqué en la plaza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario