Pintura perteneciente a Pedro Jiménez
─Me limito a pensar:
que las tarántulas no tienen tentáculos,
ni que mi cuerpo está hecho de polvo,
ni mis letras de vértigos inconclusos.
Hay veces en que la carreta
encona al ojo del pie,
las pezuñas de los kilovatios,
aplastan el bolsillo de la lengua;
sospecho, que el cuerno de chivo
vigila las balas de mi pluma.
Por ahí: he vivido entre mierdas y espermas,
he cogido piedras y me las he tragado;
pero ahora, la alegoría de la esencia,
pone su puchito de rock en la conciencia
y perfora el estribo de los burros hipócritas.
Hay muchas tormentas en mi lengua,
hay millones de escarabajos peloteros,
viviendo en el dintel de mis ojeras;
ya no tengo mucho tiempo en el tiempo,
sin embargo, el éxtasis llega como esquirla
y flagela las líneas férreas de mis venas.
¡Hay almas aladas surcando el cielo!
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