Entre pernos y estacas: lágrimas negras de navíos,
medias purpúreas, noches cansadas sin tregua;
venas entrecortadas por el pálpito del reloj,
uñas que hieren, ojos que tocan el cielo.
Entre labios y astillas: la triste sonata de invierno,
péndulos en fosas nasales y clavos en la garganta;
manos inyectadas de smog, tiempo resquebrajado,
oscuras aceras que vislumbran, acertijos góticos.
Entre tumbas y acequias: cauce natural de la sangre,
pájaros que cantan ópera gutural, cisnes que mueren,
navajas que aniquilan la arteria, anillos de grilletes en robo.
Entre páramos y nosotros: cáncer del desierto,
árboles sin savia, tatuajes de añil sin lengua;
ojeras de millones de eclipses, noche pronta,
posible caos en el cataclismo universal.
─Mientras tanto, a la orilla del río atravesado por el pirsin: el reflejo cadavérico de mis vértigos, la corona de espinas del cuaderno, la caja donde no guardo los recuerdos, sino la lucha permanente que mantengo contra las libélulas; ¿es posible morir sin morir?, ¿tú, qué crees?
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