¿Qué hace un conejo hundido en soledad?
En cada ojo guarda una zanahoria de ilusión.
Sigue sin comprender el veneno que corre a su alrededor.
Las hojas caen lentamente, como si quisieran que alguien las devolviera.
La Luna cierra sus cortinas para no ver el llanto de las piedras.
¿Hasta cuándo volverá a sonreír como niño?
No le ve el caso a estas letras sin sentido.
─¡No seas tan cruel! ─me dice─,
los ríos también sienten dolor, el luto les abraza por doquier.
Dime, ¿qué harás cuando el Sol baje y haga polvo a tu metálico corcel?
¡Shhh, guarda silencio!
(El conejo sigue solitario en su madriguera
y espera en Dios, para no extinguirse con ella.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario