Bajo el mausoleo del mundo, vivamos en mordaza de alambre de púas...
Morir por la verdad, morir por decir lo que viene de muy adentro del sentir, dejar que las palabras fluyan como cristales en sobre, yo lo vi morir mediante la justicia, yo lo vi plañir por los que creyeron hacer lo correcto, yo lo vi sucumbir en silencio por los pecados capitales, lo vi sangrar, lo vi venir sobre nosotros, pero en lo más profundo del hierro no penetró y seguimos como si nada. Aun en las tinieblas el venció y yo sigo sus pasos, venceré aunque eso signifique la muerte. Mi alivio es su palabra, mi manto es su mandamiento. Mi vida es suya ahora, creeré por siempre en su gloria, aun en estos días postreros, donde los cosacos siguen destruyendo pueblos a mansalva. Oraré sobre los plantares de los niños que ya vinieron al mundo, a vivir la traición del orden mundial. Doy la gloria al que murió por nuestros altercados, ahora nada más escribo mi suspiro por la libre expresión, pero más tarde escribiré mi verdadero espectro espiritual. Seguiré luchando junto a él, aunque bajo el mausoleo del mundo, vivamos en mordaza de alambre de púas...
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