Olvidé que tenía que fusionarme con la nube...
Ahora, dejaré mi cuerpo descansar en esta nave,
esta nave que no se desploma como piedra,
esta nave que me lleva como negra ave,
esta línea que sube sobre pared, como hiedra.
A veces me imaginaba como sería mi muerte,
pero en silencio me apretaba el cerebro.
Traté de no pensar frío en el polvo inerte,
pero mis pensamientos quedan en el candelabro.
Regalo a mis lectores las entrañas de mi vocal,
para que amortigüen su caída abismal,
enfrente de tanto problema terrenal.
Este féretro que transporta hacia el último viaje,
es nada más una transición paulatina,
pero olvidé que tenía que fusionarme con la nube.
No hay comentarios:
Publicar un comentario