Debido a lo inevitable, levanto vuelo...
Dejo mis entrañas en el apogeo del abecedario,
dejo mis palabras para el alivio ensangrentado,
dejo mi guitarra para que toques su silabario,
dejo este mundo, pues estoy obligado.
Debido a lo inevitable, levanto vuelo,
pero no me voy, aun me quedo,
en la guerra que luché, el cual es mi consuelo,
ya que a la libre expresión no le tuve miedo.
Llora el niño en la cama negra de clavos,
allá a lo lejos, se ve el sol ocultándose,
ya que en este orbe solo toman esclavos.
Lloré junto al harapo del mendigo,
llené de alegría al estómago débil,
pues ayudar, nunca me causó vértigo.
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