Señuelos del reproche

Yo viaje como torpe halcón, durante el día...

Yo viaje como torpe halcón, durante el día, asombrado por la torpeza de las golondrinas agrupadas como tontas, desnudas por la inocencia de su conciencia. Caminando sobre cenizas encontré la manera de distraerme, distraerme ante tan inmensa y desgarrada tanda que no tenía lugar a donde ir. Las gaviotas que por ahí sobrevolaban, temían verterse entre lunáticos paralelos, sin pensarlo me adentre en las tenaces calles del parlamento enfrascado, los círculos que eran redondos parecían triángulos por la mediocridad anunciada. Seguí caminando y las guacalchillas no aceptaban tal injusticia empedrada. Los alambrados eran mejores que las telas metálicas y ahora sus constructores ya no las soportan; veo hacia la multitud de conciencias desparramadas sobre el lienzo del pavimento, deseando lo que no podrán conseguir aunque de sus labios salga sangre, porque ya cuando el Rey está en lo alto ya no se acuerda de sus súbditos. Vi al pájaro anidar en el filtro y me dije: "Así somos los halcones que hemos plañido para seguir viviendo, vivimos entre desagües ya olvidados por los que les dimos el poder". Sin embargo, sigo pensando que la mayoría de emisores en la T.V. son los últimos que disfrutarán de una vida eterna, pero en la tierra, ¿de quién? de nosotros los campesinos que doblegamos al maíz con la ayuda de nuestro Todopoderoso...