Mediante placas y destellos los ilustres besos y fantasías...
Hay bajo la penumbra del techo del holocausto, espectros vagando con sus alas de metal enmohecido, escobas que barrieron con los derechos de la liebre, manchas de lodo en las oscuras sienes de los que pagaron con sangre su inocencia, mientras el álamo ardía en fósforos humanos, los atardeceres plañían los olores a tumbas. Caminando y corriendo estaban aquellos que quisieron ser libres, como el águila harpía, como los árboles que soñaron ser más altos. Bajo mis zapatos las últimas esquirlas de la historia y el mundo que nunca existió, las claves de la violencia que jamás tuvieron piedad, cenicientas y blancanieves sucumbieron ante la mente del que no tenía cerebro. Acertadamente los millones de espíritus que vagan en la inmensa soledad, siguen viviendo entre ramas de zarza, pero, en realidad la carne no es carne sino una parte más que nosotros adherimos a nuestra vida. Frente al mal pensamiento del zorrillo, se hallan los ramos de fuego, quemando los últimos laureles de la tierra, los últimos álamos del mundo, los últimos conacastes del planeta. Siguiendo contra viento y marea las tortugas que buscan llegar a la meta anhelada, mientras en la comodidad del sofá se hallan los zorros del trono. Desde la cuna del papel me hallo fingiendo que nunca viviré, que nunca existió el mundo que ahora conozco y medito; ahora talo mediante placas y destellos los ilustres besos y fantasías...
No hay comentarios:
Publicar un comentario