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sábado, 30 de junio de 2012

Testamento VI

Rompí esquemas circulares del escriba...

Me voy alegre, llorando, plañendo,
pues en mi estancia en el orbe,
teñí el harapo de negro a blanco,
pues el mal nunca fue agobiante.

Rompí esquemas circulares del escriba,
trate de cerrar las heridas con palabras,
nunca esperé al tren del lado de arriba,
el tren siempre estuvo en mis vértebras.

Honré a los que me dieron la vida;
aunque ahora no estoy en mi terruño,
seguiré escuchando su voz esparcida.

Tejeré desde el valle eterno,
las verdades de los que hacen la paz,
hasta que un día desaparezca el infierno.  

viernes, 29 de junio de 2012

Vertiente del estío

La cama se sentía en el pétalo...
 
Entre ella, estaba hundiendo mi deleite, 
la cama se sentía en el pétalo,
el placer se colaba en el aceite,
las sábanas ocultaban el cielo.
 
Como torpedo hundiendo el Titanic, 
sollozando junto al iceberg amado,
reflejando mi amor por esa sirena,
que ha logrado alejar mi pena.
 
La retina brillaba mientras conquistaba,
obligaba al tiempo a detenerse un instante,
mientras su corazón en mí se paraba.
 
Plañes ahora de amor con certidumbre,
gracias al fruto que vino de tu interior,
sígueme amando y hazlo una costumbre. 

jueves, 28 de junio de 2012

Testamento V

Jamás la zarza espinó mi cumbre...

El racimo de tropiezos superé entre plañidos,
al fin descansa mi cuerpo en el regazo de la tierra,
cada lágrima, cada vértigo, fueron mis latidos,
siempre la pluma inmortal acompañó mi cimera.

Jamás la zarza espinó mi cumbre,
sino que la hacía más fluida y expresiva,
cada poema fue mi respiro con certidumbre,
el fuero siempre fue mi mejor expectativa.

Ahora dejo mi obra póstuma,
para sosegar al mal y agrandar el bien,
aunque llore la secuoya vieja.

En el mundo siempre fui humilde,
por eso ahora mi epitafio está en blanco,
jamás creí en la suerte del fetiche.

miércoles, 27 de junio de 2012

Faena del obrero

La vigilia perenne cosiendo el sueño en el telar desnudo de las pestañas...
André Cruchaga.

Cosechando abecedarios desde la mismísima tinta del tintero, tratando de enaltecer la faena del obrero explotado; provocando ruido quizá en los oídos de la industria, pero aun así, no me detendré, seguiré descubriendo y construyendo runas que levanten al caído. ¡Hoy me pagan dice el obrero!, pero ni se da cuenta cuando una centella le arrebata su rato de gloria. Al fin y al cabo los de la clase baja somos los que pagamos los errores de la clase alta, tal vez, no sea lo correcto, pero la diferencia es: En que el obrero es humilde, sincero, honrado, aunque no tenga el suficiente grano básico en su alacena. Siempre trabajando arduamente aunque el maldito trabajo lo esté destrozando como un globo, al que un pícaro alfiler lo explota fácilmente. A veces pienso que los suburbios son pequeños fragmentos en los mapas de los altos empresarios, no les importa lo que el pobre piense o intuya, somos una pulga en su mundo, somos lo que cualquier rico pensaría que somos, pero, en el orden de las cosas somos nosotros quien alimentamos a los más fuertes sobre la tierra: Cultivamos para cosechar el grano básico, cosemos para llevar el abrigo al mendigo rico, soportamos los perennes insultos del contratante. Sin embargo, no agradecen la sangre que derramamos en el día a día encima del taburete de púas que nos ponen como asiento...

martes, 26 de junio de 2012

Testamento IV

Quiero que allí reposen los maltratados hijos de mi patria...
Pablo Neruda.

Quiero que mi lucha se quede venciendo a los salados, 
se quede vengando mi muerte y poco a poco sosegarlos,
muerte que me azota cada día de invierno a verano,
por eso dejo mi vicio en las manos del niño maltratado.

Rodeo a la penumbra para no envolverme con ella;
los dolores de parto los tuve en mis harapos,
mis caminos fueron blancos como centella,
aunque los ajetreos de ponzoña fueron rápidos.

Jamás tuve un reloj que marcara el tiempo,
sino que traté de detenerlo con mi pluma,
desde el día en que apareció mi cuna.   

Nunca dejé que el plomo me envolviese,
solo dejé pasar los aromas fétidos,
así que no me quejo, nunca tuve candados.

lunes, 25 de junio de 2012

Mientras el tordo se convierte en zapato

Las enredadas cucharas levantan las osamentas olvidadas...

Se ofrecen las calles para transportar las líneas del tren en el estío, siempre agudas, tratando de disecar al ave que vuela mal trecho; sospecho que el azar no tiene color alguno, que la mansedumbre no trafica con el infausto, que la lumbre no trata con el espejo fluorescente. Las enredadas cucharas levantan las osamentas olvidadas, ¡lloran!, sí, plañen como abejas que cogen miel amarga, que deshojan la hiedra que camina sobre el tejado de la choza vieja; espejos, rotundos espejos que reflejan al que critica los problemas del orbe, camino y escucho el peculiar canto de la guacalchilla, y veo que no tienen crítica alguna, son nada más ellas y no otras. Según pasa el tiempo el alarde del mediocre, se hace ver en el muro del barrio, criticando a su misma semejanza, pensando que hace lo correcto dentro de su mundo. A fin de cuentas, la ventana siempre se abre y deja entrar a la eufonía del cierzo, golpeando el oído del criticado, ¡dándose cuenta!; pensé que la tristeza del tordo era la de convertirse en zapato, pero no es así, porque no tiene las cualidades suficientes para doblegarse junto al cuero fétido de este mundo. Si la crítica es un pensamiento que se convierte en rapsodia, no en parodia, llamando al vate para pespuntar los hilos de esta objetividad...

domingo, 24 de junio de 2012

Testamento III

No me arrepiento por el sol en la vocal...

Este sentimiento de lejanía me agobia, 
las gafas del lector todavía brillan,
mientras la retina se acopla sin molestia,
se acabó el tiempo y ahora mi cuerpo morirá.

Suplico al cerebro que medita,
que logre inducir a otras almas,
para que la vida la sientan bendita,
y no sean víctimas del cortaplumas.

No me arrepiento por el sol en la vocal,
siempre lo vi amanecer en mi abecedario,
aunque el pan no viniera del comal.

Caminé sobre fuego y no me quemé,
siempre tenía presente al Jefe Mayor,
y ese Jefe jamás dejó de amarme.

sábado, 23 de junio de 2012

Huracán

Enredado como las campánulas del petate...

Sigue el camino hacia las puertas de semillas básicas, ¿Cuáles?, dirá tú; si el camino ya ha sido mancillado, ha sido como gotas fuera del vaso, poco a poco se evaporaron; como ciclón tropical el moscardón de oro se apoderó del preciado vegetal. Todavía en los periódicos la salmuera ataca a los ojos, vivimos en agonía sin el precio válido. Cada día a lo lejos se oye ¡frijoles!, ¡frijoles!, ¡frijoles!, pero no son frijoles ordinarios, ya que en los tabancos sólo existe el vértigo del pesticida. Enredado como las campánulas del petate, yace en el suelo el último frijol de oro, pero nadie se atreve a cosecharlo, porque sería desastroso para los tronos, sería como quitarle el dulce (caramelo) de la boca a un recién nacido. Aquellos pensaron que sus tierras estarían a salvo del huracán que está golpeando fuerte, pero se equivocaron, porque a mansalva el creador de este, va destruyendo todo a su paso. Sufriendo en la silla mecedora, termino perdiendo el equilibrio imprescindible, echando al fango toda maldición puesta por la rosa negra, porque ya terminé de perder lo perdido, ¿y tú?, no respondas. Aunque la vida te golpee como el martillo a las bigornias, sigue cosechando expresión dentro del baúl cerebral, para luego saberlo explotar, junto al regazo de la libertad...

viernes, 22 de junio de 2012

Testamento II

Olvidé que tenía que fusionarme con la nube...

Ahora, dejaré mi cuerpo descansar en esta nave,
esta nave que no se desploma como piedra,
esta nave que me lleva como negra ave,
esta línea que sube sobre pared, como hiedra.
 
A veces me imaginaba como sería mi muerte, 
pero en silencio me apretaba el cerebro.
Traté de no pensar frío en el polvo inerte,
pero mis pensamientos quedan en el candelabro.
 
Regalo a mis lectores las entrañas de mi vocal,
para que amortigüen su caída abismal,
enfrente de tanto problema terrenal.
 
Este féretro que transporta hacia el último viaje,
es nada más una transición paulatina,
pero olvidé que tenía que fusionarme con la nube.

jueves, 21 de junio de 2012

Hilda

Preparado en el camino de esqueletos espectrales, luchando...

Recogiendo  a los caídos en la batalla del orbe, estás junto a tus sirvientes, deshojando la hojarasca de la rosa que finge ser roja, siendo negra en la parte trasera de su alma. Todo el plomo que se derramó en las entrañas de los inocentes con buenas ideas, fue desapareciendo entre las manos del lobo que sigue construyendo madrigueras destructivas en la faz de la tierra. Algunos se preguntarán: "¿Dónde queda la lucha y el guerrero que dio sus entrañas por su país, el qué ganó?", solamente quedó su lucha, que ahora, está en su apogeo, martirizando a los espectros que murieron como perros, sin piedad, sin derechos, sin expresión, sin tener una agonía bien merecida. Preparado en el camino de esqueletos espectrales, luchando junto a Hilda, la que revive a los caídos en batalla, la que sigue luchando en silencio desde la trinchera del Monte Olimpo, la que se desvela por traer paz a los lobeznos que la siguen. El gigante reinventa la pelea entre países, sin sentido, tal vez, en un futuro no muy lejano, la batalla venza al gigante global, al gigante devorador de mundos, al que se piensa que nadie vence. Luego, al amanecer tendremos que seguir luchando para balancear la pobreza y la riqueza de este orbe que no tarda en ser destruido...   

miércoles, 20 de junio de 2012

Testamento I

Debido a lo inevitable, levanto vuelo...

Dejo mis entrañas en el apogeo del abecedario,
dejo mis palabras para el alivio ensangrentado,
dejo mi guitarra para que toques su silabario,
dejo este mundo, pues estoy obligado.

Debido a lo inevitable, levanto vuelo,
pero no me voy, aun me quedo,
en la guerra que luché, el cual es mi consuelo,
ya que a la libre expresión no le tuve miedo.

Llora el niño en la cama negra de clavos,
allá a lo lejos, se ve el sol ocultándose,
ya que en este orbe solo toman esclavos.

Lloré junto al harapo del mendigo,
llené de alegría al estómago débil,
pues ayudar, nunca me causó vértigo.

martes, 19 de junio de 2012

Sin nada que decir

A solas, en silencio la lluvia cae...

Sin nada que decir, finjo no estar,
trato de no decir absolutamente nada,
nada más miro la clase de problemas al caminar,
sabiendo que esta tormenta sigue ensimismada.

A solas, en silencio la lluvia cae,
las gotas penetran mi sien,
que como ácido al nautilo trae,
dejo pasar el decir también.

Aumento el tono del silencio,
convoco el sentido de la visión,
desnudo con pomas al suplicio.

Era joven y pequeño aquel harapo,
murió en un sarcófago invisible,
simplemente no luchó contra el viento.

lunes, 18 de junio de 2012

Flagelo en silencio

Irrazonable la batalla que libran los peques en el abismo ensimismado...

El árbol nació y se convirtió en una roca nada más, no se mueve, solo se sacude de los problemas y los envía a la calle de ilusiones, la calle que no acoge al bebé más tierno, en cambio lo destruye como pelotas frente al clavo. Veo la sombra del niño flagelado, fría, sola, entrecortada por el azote de las manos mediocres, manos que no saben que están golpeando el futuro del orbe, orbe que está lleno de violencia absurda. Irrazonable la batalla que libran los peques en el abismo ensimismado, si su trabajo es nada más estudiar, no trabajar para el holgazán que se encuentra dentro de la casa de ladrillo o cartón. Parece que toda la culpa la tiene el peque, pero no es así, él no escogió venir al mundo, sino que entre dos lo trajeron. Huyo del presagio, de la manera en que se esconde la avestruz de los problemas, odio al caballo cuando relincha encima del pasto, desecho las piedras que golpean el vidrio. El abismo en que viven los pobres niños, se parece a un mundo virtual, no existe, simplemente es solo un tropiezo que al final nada más pagará el progenitor, al ver que su hijo se ha convertido en un vil asesino, ladrón, violador; razón por la cual el martillo de la justicia eterna, golpeará con fuerza al clavo que se dobló y no pudo soportar las pruebas de la vida, aquí en el orbe transitorio del arcoíris...     

domingo, 17 de junio de 2012

Soneto a mi padre

Me enseñaste la verdad en los caminos...

Manifiesto la importancia de tus manos, 
la sabiduría de tus palabras y consejos,
sigo caminos que trazaste, buenos,
me enseñaste la verdad en los caminos.

Supiste manejar mi destino blanco, 
trataste de que el humo no me corrompiera, 
apartaste el cuchillo maligno y ahora no soy manco,
te obligaste a ocultar tus errores, para que no los viera.

Sé que en lo más profundo, tú me amas,
respeto tu autoridad, tus mandatos,
y sé que aunque mueras siempre me amarás.

Camino junto a ti y soy feliz,
aun te tengo aquí en mi corazón,
la vida es bella y tiene emancipación...

sábado, 16 de junio de 2012

Pantallas de humo

Es como tener cortinas de humo en el corcho de la botella...

A veces, cuando el corcho sale volando y se deja caer sobre la cabeza del clavo más grande, el moho corroe y oculta la verdadera verdad de la realidad en que vivimos el día a día sobre el zapato roto, las lentejuelas en los vestidos que se anuncian en la pantalla de humo, tratan de poner un harapo en la pupila de las personas. Tratamiento que se da a las personas para crear insomnio en el pétalo del ojo más cercano. A lo lejos escucho el grito de batalla del último jadeo del moribundo, cadáver que pronto se unirá al polvo pululante; esta vida es como tener cortinas de humo en el corcho de la botella, todo el sortilegio se convierte en muerte, en osamentas... Simplemente el dinero está maldito, fácil llega, fácil se va, se va hacia las manos de los que crean estás pantallas de humo, estás torres que no se acaban, estos pedazos de cuchillos que arrancan poco a poco la carne del humano más débil. Hay que fingir que la vida es nada más vida, pero a oscuras la vida tiene que ser así, así de sobresaliente, así de cruel, pero hay que vivirla fuera del reflejo mediocre del espejo, porque somos humanos, y sé que muchos respetan su sien, no se arrepienten de su estima, quererse a sí mismo, y no caer en la pantalla de humo de los crueles tronos que publican su mugre, mientras el niño de la calle o el mendigo come tierra con su mano...

viernes, 15 de junio de 2012

Extremidades en tinta

La moneda yace en el aire pululando, 
el monedero la espera allá abajo...

Dentro de los rieles del tintero y la pluma,
yace el tren que lleva a mundos diferentes, 
a mundos de ola, agua, sal, arena y espuma,
a mundos donde los cuervos son inocentes.
 
La moneda yace en el aire pululando, 
el monedero la espera allá abajo, 
mientras el reloj joven cuenta el aire, 
el águila trata de volar más bajo.
 
La barriga del cerdo real casi explota,
mientras las alas del niño pobre, yacen rotas,
pero aun así, la maldita discriminación aun bota.
 
La refriega continúa ante tus ojos, 
no mandes al niño contra el cuervo,
porque lo hallarás sin ojos.

jueves, 14 de junio de 2012

Sendero a nieblas

Medito sobre el camino de escapularios negros, sin sentido, opacos por el pecado terrenal...
 
Junto a la Calle el Gólgota, estaba fluyendo con pluma de escriba, tratando que los cuchillos no atravesaran mi pecho; veía pasar a las doncellas de mi pueblo, bellas doncellas, pero que ocultaban el mordisco del lobo en su figura; eran pobres, pero no en el sentido del oro, sino en el sentido de que todas están perdidas en su andar, su vestimenta basura era de leona, leona que muestra sus uñas a cualquier retina que se cruce en su camino. No vi orgullo en las sábanas de la noche, no vi quien era, no vi en la realidad algo que valiera la pena, solamente un gato que cruzaba a una paloma en el tejado, frente al árbol, una guacalchilla que comentaba sobre lo acontecido. El orbe está lleno de harapos hasta los ojos, sin pensar, deja que el adolescente se llene de espinas en el tropiezo con la zarza. Según el sendero a nieblas, la calle es el camino recto, pero que también tiene curvas mortales, que finge ser buen cosaco, pero en realidad la cama de púas no acoge al mendigo ciego, sino al que observa con los ojos, el verdadero camino hacia el destino plasmado por su cerebelo. Medito sobre el camino de escapularios negros, sin sentido, opacos por el pecado terrenal...         

miércoles, 13 de junio de 2012

Soneto a mi aldea

En mi aldea cuando niño
nunca creí en otra aldea,
nunca soñé en otra tierra...
Manuel Felipe Rugeles.

Cruda como el sabor del arroz
era la tierra donde vivía mi ser;
a lo lejos siempre escuchaba su voz
y tenía miedo de enmudecer.

Oía el canto de la paloma mensajera, 
me espantaba por las malas noticias,
soñaba en la orilla del árbol de la acera, 
tierra querida, para vivir eras propicia.

La valquiria me eligió para pelear en silencio, 
agradezco a la base que me vio nacer,
el darme la vida no fue un desperdicio.

Crecí entre ramas, pero humildemente,
tropecé con peñascos oscuros, 
pero al final me encontré en mi mente...

martes, 12 de junio de 2012

Despojos

Con el paso del tiempo, todo se ha convertido en gris, en blanco y negro...
 
Luego del cansancio de la segundera, casi todo el minuto antiguo se fue desapareciendo como cenizas en el espacio; el trapiche ya no muele caña, sino pedazos de tierra sin nutrición, el camino ya no puede más con el soberbio burro; el reloj mide el tiempo perdido, los caminos se separan del camino, los cristales ya no reflejan, los espejos los hay destruidos en la cuna del barranco, árboles sin raíz, flores sin pétalos de color, el arado se atasca en el plástico de la fábrica cercana, los bueyes se lamentan, el sol irrita y traspasa el escudo. Los ríos que aun sobreviven, nacen limpios y terminan sucios. Con el paso del tiempo, todo se ha convertido en gris, en blanco y negro; pero la sartén todavía sigue cocinando los espermas del mundo, este mundo que es pequeño en todo el universo, es una mancha, pero debemos detener este caos que se convierte en lamento eterno. Cosechando fertilizantes, junto al tractor que destruye con sus enormes llantas la madriguera, madriguera de la ardilla que come su nuez de piedra, piedra que se convirtió en estatua testigo. La naturaleza se viste de negro en este tiempo, tiempo que por ahí dicen que es el fin del mundo, sí, el fin del mundo que nosotros mismos estamos provocando...           

lunes, 11 de junio de 2012

Lluvia ensimismada

Llueve en lo más profundo del pantano, llueve en silencio...

Llueve en lo más profundo del pantano, llueve en silencio ruidoso, el taburete gotea sangre, la lámpara se apaga frente a tus ojos, el cielo llora en mortajas el ácido, el camino se vuelve cenagoso, los pinos atraen aves con piedad, las túnicas del mendigo se tiñen de blanco, los claveles se lamentan, las campánulas temen desaparecer. El calor del cuerpo de la Tierra se vuelve frío como trozo de hielo; enfrente del diluvio que no dura más de 10 días estamos, tratando de sobrevivir, tratando de inmovilizar el cauce de la delincuencia, tratando de permanecer de pie junto a los laureles de papel. Respiro, ─Respiro: aceite, moho, lodo, gotas de aire─, espero que la laguna se muestre inefable ante el arpón del pescador, espero que la tristeza del muelle se llene de alegría por la llovizna de piedad, que cae sobre sus tablas ya carcomidas por los clavos del tiempo. No escucho nada, solo la sinfonía del ruiseñor que llora por su nido destruido, por su carne entrecortada. Bajo la capa del manto ecuánime, que acoge mi cuerpo, estoy ahora tratando de envejecer como un rayo, pero la lápida del mundo no deja hacerlo, no deja que los segundos del reloj de la vida se multipliquen como virus mortal. A menudo olvido que los muelles están llenos de algas que contaminan el pulmón humano, fenezco ante está lluvia ensimismada...      

domingo, 10 de junio de 2012

Puerta al vacío

Caminando sobre flores que desnudan la pupila del precipicio...

La retina del camino a la zarza se desploma como trueno; el agudo oro que compró la más dulce flor, ahora entrega su néctar al zángano mediocre, se encuentra al borde del precipicio de la nube, su camino sigue, pero su cuerpo no se mueve, está inmóvil, inmóvil por la tardanza del cliente, cliente que morirá en sus brazos de oscuro fuego. Ciegos como vampiros en el día se lanzan hacia la presa que les chupará la sangre, bajo el moho de la carpa, ya sin aliento, hace su última hora extra, tras el banco de peces que pasó sobre ella en 24 horas. Caminando sobre flores que desnudan la pupila del precipicio, suelen los autos detenerse para cortar una, se la llevan hacia su choza y se envuelven en pétalo corroído. Llena de palmadas de los masoquistas que no le temen al pantano que Babilonia trae, yacen en el suelo las cenizas de los espermatozoides aniquilados por el pecado mortal. Duele pensar en la paloma que vuela sin rumbo, en la paloma que no se detiene a comer a gusto, en la paloma de hierro que espera su tizne para aspirarlo, como cuchilla aspira a su cortada, como puerta al vacío sin cerrojo...     

sábado, 9 de junio de 2012

Remedio

Ciegamente el delirio de la mente, te dice hazlo...

A orillas del monte oculto, en lo más profundo del ala de la paloma más negra, busco una solución para el amarre del cerebro al humo del incienso maligno; porque la máquina de hacer aire se está desapareciendo como espectro a la luz del sol que quema. Sin embargo, ciegamente el delirio de la mente, te dice hazlo: hazlo porque no tienes elección, hazlo porque es tu destino, hazlo porque el humo de las hojas es tu aliento benigno; pero allá en el fondo del abismo, hay algo que crece y crece como globo que se infla al recibir calor. Frente a la hojarasca estoy, y es repugnante la manera con la que se comunica conmigo. Busco en la caja de Pandora, algún fallo que puede usar en contra de esta peste abismal, pero hasta el momento solo veo una pequeña muestra que puede servir, algo que en la mancha del remedio es efectivo. La miel se vuelve amarga frente al comal hirviente del tabaco putrefacto, el cerebro se vuelve loco, los pulmones estallan como si fueran bomba atómica; viendo que esto tiene un fin, te invito a tomar el remedio infalible, y este remedio es el autocontrol de tus más oscuros deseos penetrantes, que lastiman como púas de cerco, a los que a tu alrededor observas, busca el poder, busca al que te creó, busca al Alfa y Omega...  

viernes, 8 de junio de 2012

Sin rodeos

Jinete de la trinchera y la cama ecuestre...

Bajo la ciénaga de la choza que no fue destruida por el barro del tiempo, sigo pensando en el camino que no tiene curvas, en la cama que acoge al enfermo, a la silla que medita su turbulencia, al mecate que amarra al cerrojo que no tiene llave; estás aquí, jinete de la trinchera y la cama ecuestre, no lo sé, muero al pensar que los minutos nada más son minutos, que no se pueden detener en ningún momento, la vida tiene una sola caricia, que debemos de aprovechar. Solo, en la penumbra de la décima parte de la tierra, terminando de hacer sentir a la doncella, ocultando mi alegría en lo más profundo de mi ser, acariciando a la montaña como si fuera la mujer más bella del mundo. Los cristales del espejo, reflejaron el sentido de la vida en un sólo acto, en un sólo pacto, en un sólo fragmento, la quietud del cerebelo... Odio a la mansedumbre de la boca, de la boca que ha sido castigada, y guarda silencio, silencio que llora por sí solo. Obligado junto al martirio del lodo, está el cerebro más confundido de la tierra, desnudo, sin harapos que cubran las heridas que a sí mismo se hace, trato de olvidar al Sansón que golpea a la oveja...

jueves, 7 de junio de 2012

Aguda llovizna

Aguda llovizna sobre el regazo de la ventana humana...

Fortaleciendo a la lluvia y enalteciendo el valor de la fuerza de voluntad sobre el camerino del agudo desnudo. Figuro que alguna vez estuviste dentro de la promiscuidad, que el valor del gallo era tu vida, y pensabas que las sartenes nada más derretían lo que tus entrañas dejaban, pero no sabías que por dentro estaba creciendo un pantano cenagoso, olvidaste que las flores también tienen espinas, olvidaste que la paloma errante nada más es una mensajera, sí, mensajera de muerte y traición. Aguda llovizna sobre el regazo de la ventana humana, plomo con sacudidas de trueno, explosión de carne y desechos acumulados en la base del poste, que poco a poco se irá terminando como el día de ayer. En el momento de tu inquietud, te sentiste el hombre más grueso del mundo, pero en el interior eras solamente un grano de arena en medio de tanto frío. Solamente finjo que en el mundo nada más vivo solo, pero no es así, nuestro género es el más odiado; todos en el mundo nos tienen como perros, tratemos de limpiar ese error que ha sido arrastrado como serpiente que muerde a los pies descalzos, deja que el mensajero de luz, ilumine tu vida, siente el fulgor de vivir sin que nadie te señale, sin que nadie te diga lo que tienes que hacer, trata de imitar al silencio, que no abre su boca, a menos que tenga algo provechoso que decir...    

miércoles, 6 de junio de 2012

Papel del secreto del anciano

Visión de zapatos y sandalias desechas por el tiempo lúgubre...

Arroje candelas al acantilado de la esquina del cerebro, pinté las brochas del papel con líneas curvas del cincel, se volvieron rectas, sí, rectas, rectas como las paralelas del mundo; conduje a la herrumbre hasta el precipicio del campanario. Las argollas se rompieron por la tristeza del tiempo anciano, tiempo que no vuelve, tiempo que no nace de nuevo, tiempo en que las libreras guardan una noche más de historia para sus enciclopedias muertas. Derramando junto al regazo de la limosna, lágrimas de erosión, que duelen, duelen en el corazón y en la clara cabeza del cuervo. Siguiendo el destino del ramo de flores que al fin y al cabo irá a dar a otras manos sombrías. Conversando con el anciano centenario, trate de ocultar el tiempo en el que vivió a solas con su cometa, su trompo, sus canicas; trate de convencerle que el tiempo de ahora no es como el de antes, que las lámparas ya no eran candiles, que con el cierzo se apagaban a lo lejos, que los manicomios no estaban llenos de locos y mendigos, que en realidad no estaban locos, sino que vivían una vida llena de fantasías, que al final se volvieron realidad en la partícula de su mente. Frotando mis ojos con el mirto del ramo flojo, tuve que acostumbrarme a tener la visión de zapatos y sandalias desechas por el tiempo lúgubre...         

martes, 5 de junio de 2012

Tempestad sin cuerda en el violín

Sonidos enredados por la tristeza de aquella sirena...

Navego con el mar de mis papeles y plumas; busco en las líneas del libro, algún motivo para vivir sin vida, camino disminuyendo mis pasos para no levantar sospechas de la presencia de mi sombra. Cómodo junto al balcón del edificio en llamas, desnudo por la venganza del tiempo frente a mis pupilas, volando sobre las cabezas de los árboles que meditan sus cortes. Sólido el sonido de la frente que se despega de su sien enmudecida, fría, sangrienta, sudorosa, pálida; veo que el camino que sigo, es aquel que no se ve, aquel que nada más es un brochazo en mi andar. Sonidos enredados por la tristeza de aquella sirena, que plañe por los hombres que caen en sus brazos, sonámbulos, despiertos en el sueño de su mundo. Pienso que la solapa va doblada hacia adentro, pero en palabras cruzadas por la caligrafía, no hay tempestad sin cuerda en el violín, no hay mazo que no tenga clavo que lo venza, no hay carne que no tenga debilidad por la carne. Frente al crepúsculo llovían muchos problemas, pero soportaba cualquiera de ellos como el caballero soportaba su armadura de hierro, no oculto los problemas del mundo, sino que los traigo a la luz, con problemas para los problemas...   

lunes, 4 de junio de 2012

Camino sin destino

Delirando frente al talismán del invierno que no cesa...

Caminando sin destino, pisando la hojarasca con el zapato del todo, machacando los cinceles que esculpieron los árboles de piedra, soplando las campánulas de la lámpara que no tiene luz propia, guardando los puñales del ajetreo del mundo. Frente a ti, los mausoleos de los judíos que murieron en la trinchera, ojos que vieron lo que a sus espaldas pasaba, desnudos y amordazados por la justicia ciega. La caja de Pandora se abre y todo lo que encuentra a su paso es demolido como edificio sin buena base. Bajo el fuego de la llama del Ecuador, pasan los aviones transportando maderos y desechos bioquímicos en la burra humana. Vi el cielo y no lo vi azul sino gris, lleno de mecates que lo apretaban como trigo a su suelo, pero en silencio lloraba como niña recién nacida, fingiendo que las lágrimas mismas eran dolor interior; y así fue como la espada se transformo en Excalibur y ahora castiga al mundo como verdugo con hacha en mano. Ruedan cabezas junto a la rueda de la carreta vieja, mientras en la calle sin tregua la lluvia apaga el polvo humano. Loco, si, loco por no saber el destino que espera en las oscuras calles de mi mente, delirando frente al talismán del invierno que no cesa...      

domingo, 3 de junio de 2012

Monte Calavera

Bajo el mausoleo del mundo, vivamos en mordaza de alambre de púas...

Morir por la verdad, morir por decir lo que viene de muy adentro del sentir, dejar que las palabras fluyan como cristales en sobre, yo lo vi morir mediante la justicia, yo lo vi plañir por los que creyeron hacer lo correcto, yo lo vi sucumbir en silencio por los pecados capitales, lo vi sangrar, lo vi venir sobre nosotros, pero en lo más profundo del hierro no penetró y seguimos como si nada. Aun en las tinieblas el venció y yo sigo sus pasos, venceré aunque eso signifique la muerte. Mi alivio es su palabra, mi manto es su mandamiento. Mi vida es suya ahora, creeré por siempre en su gloria, aun en estos días postreros, donde los cosacos siguen destruyendo pueblos a mansalva. Oraré sobre los plantares de los niños que ya vinieron al mundo, a vivir la traición del orden mundial. Doy la gloria al que murió por nuestros altercados, ahora nada más escribo mi suspiro por la libre expresión, pero más tarde escribiré mi verdadero espectro espiritual. Seguiré luchando junto a él, aunque bajo el mausoleo del mundo, vivamos en mordaza de alambre de púas...      

sábado, 2 de junio de 2012

Gardenia en negro

Cuaderno inconcluso de la soberana errante...

Pétalo a pétalo llorando junto a la silla mecedora, caminando sobre espinas de girasoles enmohecidas, llorando por el callejón que no logro cruzar a tiempo. Transformando la alfombra en escombros al sur del altar, en sangre coagulada, bandeja de plata. Cuaderno inconcluso de la soberana errante, ya no veo su semblante en la faz del orbe que suma a los ceros con los ceros, gardenia en negro, gardenia en tinieblas, gardenia en luz tenebrosa. Errando junto al filo del cuchillo del despertar, errando detrás de la litografía de tempestad, errando como el aturdido pedestal de la vida. Sobrevolando va el colibrí y no se atreve a darle un beso, porque odia a los hombres pica flor; a lo lejos se oye el canto de la cigarra, le gusta estar sola. No veo el problema de enmendar el problema y seguir hacia adelante como ave en vuelo. Haciendo bolas de cebo se maneja en su vida, pero la suciedad es como una boca que no tiene cepillo. Guardando sus heridas está su tallo, en balcón de aire, en ataúd de plomo, en cofre de hielo, en caja de hierro, en caja de Pandora. Sembró junto al naranjo, un guineo que con el tiempo nunca nació, porque se equivoco de siembra, sí, de semilla, murió sola como serpiente aguda sin hijos, y sin justicia alguna sobre el cerrojo que nunca tuvo llave...    

viernes, 1 de junio de 2012

Silencio

Yo que crecí dentro de un árbol
tendría mucho que decir...
Pablo Neruda.

Aprendí a hablar en silencio,
pero el silencio, una roca
muy fuerte que dice mucho
dentro de su estable estructura.

El silencio, una gota cálida
que hace ver ojos reales;
bajo letras y runas se rompe
el criterio del tiempo pobre.