La mayoría de imágenes publicadas en este blog, son tomadas de la red o internet, si alguno cree que le violo sus derechos de autor, avisarme por comentario y la eliminaré inmediatamente...

viernes, 29 de septiembre de 2017

La niña y el llanto


Una niña llora
bajo el árbol del tiempo,
el árbol quiere que sonría,
el árbol quiere que cante.

Pobre árbol del rancho,
se hace más viejo
y la niña sigue llorando.

El árbol bota sus hojas,
sus ramas se secan tan pronto;
la niña nunca dejó su llanto,
porque temía la muerte del árbol.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Desleal


Alguna vez tuvo casa en algún sitio.
Viajó y viajó a través de puertas grandes y pequeñas.
(Guardaba en su bolsillo el sol de cada mañana.)
De su tejado el follaje parecía alejarse poco a poco,
el canto de los pájaros era para él tan oscuro,
tan oscuro que ocultaba su rostro de la vida.
Su aliento se fue arrugando como se arruga un papel cualquiera,
ahora busca el concepto de lágrima en el diccionario,
lo busca y lo busca, mas no encuentra ni luz, ni oscuridad que le responda.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Death of love


Me niego a morir.
Solamente quiero seguir imaginando lo imaginable. 
Volar cual grano de polen sin rumbo ni lugar de aterrizaje.
Quiero ver a este mundo sin ningún tipo de herida crepuscular,
escalar estrella tras estrella hasta quedar exhausto.
─¿Qué más puede pedir un simple ser humano?
Escribir lo desvivido como si fuera el último deseo,
conocer el arcano de lo arcano, amar la flor y guardar sus pétalos.
Sucede que el tiempo es otro, otro espejo donde se refleja la náusea,
otra montaña donde se acumula el estertor y el resuello sin pálpito;
cada quien devora las heces que vienen empacadas en ramos de falso amor,
un día no lo es todo para demostrar cuán grande es la fuerza del sótano.
¿Hasta cuándo los metales dejarán de anunciar la muerte del amor?
Me niego a morir, me niego a morir muriendo bajo la katana del péndulo.

martes, 26 de septiembre de 2017

Lectura de un moribundo


No estamos exentos de las calles del naufragio,
a espaldas del viento nos deslizamos como orugas por los periódicos;
nada se devuelve cuando se lee en mayúsculas la borrasca sanguínea,
esas alas rotas de un inválido país, esos meñiques esparcidos por todo el barrio.
Nos envuelven con harapos escupidos, las sombras son el bufón mejor pagado;
sobre la bandera muchos describen la vida que una vez desvivieron,
cuántos han de morir para poder escribir en una sola línea
lo que verdaderamente define a un resquebrajado país.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Toque del frío


Algunos venimos con aldabas incorporadas al pálpito,
cada día se hunde como los escapularios en desuso;
“la muerte del nosotros” es una frase exacta para el epitafio.
─¿A qué nos aferramos cuando la indigencia aprieta los puntos cardinales?
(Luego nos hincamos como viles espectros ante otro espectro de piedra,
y nada sucede, salvo cuando el vértigo se amotina junto al resuello del espejo;
lanzar piedras a las ventanas del oráculo ya es tarea de usanza.)
¡Con qué derecho entramos a una escena donde nadie existe!
Llueve, las gotas son un preludio al hartazgo del féretro, la epístola se ha roto.

viernes, 22 de septiembre de 2017

El corderito


Baja de la montaña
oh corderito
y muéstrame todo,
todo lo que has visto. 

Dime cómo reverdece
la vida en el bosque;
canta oh corderito,
canta, canta para la noche.

Baja de la montaña
oh corderito
y muéstrame todo,
todo lo que has visto. 

Dime cómo vives 
alejado del crimen;
dime oh corderito
cómo es el plumaje,
el plumaje de los cisnes.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Niveles de valentía


En cada una de las aldabas, rechina la albahaca con sus huesitos agrietados;
más allá de los dinteles: la vida es una tromba dentro de un vaso al borde del peñasco.
(Se nos abren las venas a punta de melodías rotas y notas caducadas.)
Titilan las ojeras laceradas de la noche, como si nadie tuviese la culpa,
se nos dice que guardemos el debido silencio ante tantos andenes despellejados.
En el bolsillo llevamos las monedas invisibles de la historia, sucede lo mismo con ellos,
sucede que las palabras son bufones riendo de sí mismas al caminar dentro del extravío.
Siempre huimos como cobardes del susurro de las moscas, el sótano está lleno de gallinas.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Silla


A veces uno conversa con ciertas lágrimas de carpintería,
nos ahoga la lluvia desde el primer momento en que nacemos;
alguien escribe en las cartografías de los andamios,
busca entre tanta línea y relojes, una parte donde el "ojalá" se mencione.
Ya nadie hurga en la vigilia de las pestañas, las ruinas son ahora segundos,
segundos, alas y crepúsculos en el patíbulo del caballete.
¿Por qué no asir el eco de los candiles o escupir sobre el resto de la bruma?
Llega la lejanía con un pie sobre los hombros y entrecruza el fuego fatuo de la esfinge.
Al otro lado nos espera el llanto sextuplicado de los espectros, 
enseñemos a los crisantemos a respirar profundamente de lo absurdo.

martes, 19 de septiembre de 2017

Llegada tardía


A veces uno aprieta el gozne de los espejos,
se zambulle la estrella en un vaso con pequeñas porciones de abismo;
heme aquí, entre luciérnagas y oscuras nadas golpeadas mediante el plenilunio.
Siempre es inevitable sufrir de vigilias y en un abrir y cerrar de ojos desaparece,
desaparece usted con ese rumor de páramos y hospitales encapuchados.
(El oráculo jinetea las linternas amputadas de los breñales.)
Aunque mis ojos no alcancen a ver la lejanía y el escalpelo de las imágenes;
aunque vos, posesa, desnuda, vacía como una tormenta en el desierto,
me llames a altas horas desde el patíbulo, jamás lograré llegar a tiempo.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Fábula sin nombre


A tientas, buscamos entre las sombras el diente cariado del ungüento,
brilla en la distancia el descolor intenso de las cloacas; en mis hombros un cisne,
el desagüe lleva y tritura mis espasmos aunque lluevan luces poco intransitables;
dudo si mi nombre se escabulle de mí cuando amanece, dudo del sol y su luz a oscuras,
dudo del hambre y sus itinerarios llenos de albahaca mezclada con saudades inefables.
Luego se nos impone un día más en el aliento, las lechuzas ya han hecho un nido imprevisto;
llevo ojeras pespuntadas cual sangre escogida de entre la hojarasca.
(Mi vida se obstruye y cae como un pétalo ante la deshora provocada por el tatuaje.)
La furia aumenta como aumenta mi delirio; sobre mí, cruza un grito hacia mis monólogos. 
Entre cruces y pantallas de plomo, mi alma se ha acostumbrado a la borrasca del naufragio.

viernes, 15 de septiembre de 2017

La tormenta


¿Quién será la que viene y nunca va?
¿Quién será la que llora sin llorar?
¿Quién será la que conoce las más altas montañas?
¿Quién será la que alegra el corazón de los anfibios?
¿De quién huye el polvo con tanto temor?
¿Quién es la que sube y vuelve a bajar?
¿Quién es la que limpia el mar cuando nadie está?
¿Quién es la que entera se entrega a los árboles de verdad?
¿A quién me refiero, me refiero sin titubear?

Estrategia del añil


La tierra ha cerrado su boca:
en silencio guarda los huesitos de asfixia, el pañuelo,
la imagen desnuda de una ciega ventisca que arrasa con la memoria.
Sé mucho de los relojes del páramo, roquedales, nubes de plomo,
sé de la verdad oculta en los tótems del vértigo. 
La turbulencia rellena mi garganta, casi no hay visibilidad para mis letargos,
el monólogo abre paso a una saudade halada por caballos y borrascas.
Hemos pasado la vida juntando lágrimas en un huacalito de granizo,
quizá seamos una especie de cocodrilos o veletas indecibles por no movernos.
La herrumbre surca los cielos y las trompetas nos dicen estúpidos a escupidas.
¿Quién dirá tu nombre cuando esto acabe? ¿Quién dirá qué eras y nunca fuiste?
Tu vida fue y seguirá siendo un sueño de claroscuros amarillos y elocuentes escarlatas.
Moriremos sin exhalar una sola sílaba de tu aliento, pues nunca conocimos tu nombre.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Tiempo inicuo


El viejo se alza sobre las montañas, 
la tierra se seca y el pájaro cae;
tañe el rocío al compás del sonido antiestético del páramo.
¿A qué navío sin entrañas nos devuelve la madrugada?
Temprano esclarece la sangre como dos candelabros heridos de muerte. 
Cada flor es un reloj que aún no marchita, cada perro es un crucero,
un mundo inexplorado e inhóspito ante el ojo de la hojarasca.
─¡Cada quien llueve a su manera! El viento ajetrea la hierba pegada a los autos,
en las aceras chisporrotea la indiferencia como cualquier género musical;
mas vos, arrancada de sí, inesperadamente te posaste sobre mis desdenes.

martes, 12 de septiembre de 2017

Nación en blanco y negro


Ahí donde tiritan las ramas
y el pájaro entra en escena;
ahí donde los relámpagos entran con furia
y entretejen con sigilo el extraño nombre de la dama.

Ahí frente al balcón,
donde exquisitamente cuenta las gotas un niño;
ahí donde cualquiera se convierte en un tronco labrado
y es culpable hasta de asesinar en silencio el alma de los peces.

Ahí como hoy,
sufre de agonía y de vértigo el ojo dibujado en las paredes;
ahí donde manchan con sangre las páginas y la vieja fosforescencia.

Hay sangre aquí y allá, la única diferencia,
es que aquí ha perdido todo su color.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Media locura


Muchas veces soy un loco,
otras veces también;
soy un loco que corre como todos,
mas no un loco que ha perdido la cabeza.

viernes, 8 de septiembre de 2017

El harto lagarto


Cuentan que un lagarto
estaba harto de toda la gente,
él se irritaba al ver a tantas personas
luciendo enormes y tristes carteras;
también huía al ver botas de cuero,
oscuros sombreros y cinchos de lágrimas.

Bajo los escombros,
─el triste y enojado lagarto─
llora como el cielo lo hace,
llora como sus hermanos lloraron;
se esconde del sol, de la luna,
busca algo que le sane su dolor.