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jueves, 28 de febrero de 2013

Féretros del emporio


Allí en el trasfondo el hollín
desencadenando fuegos
como los pájaros negros...
que se escabullen en clarín
¿qué ocultáis en calcetín?,
sabréis lo acontecido
¡niño muere desnutrido!,
es la tertulia reciente
que se atasca en el vidente,
como eco rojo escondido.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Entre cuervos y muslos


Cuervo gris y muslos de luz
nieblas cóncavas del alba
fenecida Patria calva...
solloza en este tragaluz
y su nido que muere en luz,
se apaga en el pestañeo
suena la lira de Orfeo,
y el calcañar muere en vaho
por manos falsas de mago,
que mata en el ajetreo.

martes, 26 de febrero de 2013

Espinela del cardo


En las aceras de lo vil
el bochorno envenenado
de él se desvía el venado...
que solloza al morirse vil
90º grados que lo vuelven viril.
Hace explosión masiva
y olvida a su siempreviva,
pelea el polvo en esa lid
y siembra cáncer en la vid,
¡muerto que desea vida!

lunes, 25 de febrero de 2013

Vuelo ecuestre


A manera ecuestre, los clavos de la idiosincrasia
añaden un sorbo de miedo a las plumas caídas;
salvo cuando las pezuñas están basadas en el raciocinio,
ni el arma de electrochoque puede contra las olas aladas.

domingo, 24 de febrero de 2013

Redes


Incluso bajo la peste de la explotación,
la naturaleza nos colma de alimentos;
mientras tanto, el tizne juega al billar
con los muslos de las ninfas.

─Hoy, escucho el resuello de la hojarasca.

Elocuencia del insomnio


Escucha mi voz, escucha el eco de los pájaros
y cuando los escuches: el sonido seré yo en tus oídos,
haciendo que el vaivén de las olas,
sea un tango, sea un ballet, sea una danza, 
que haga que tus nervios no tengan peso en mi balanza. 

El equilibrio de las aves ata mis pensamientos,
eres indivisible, ¡sólo eres para mí!;
encuéntrame desnudo en la bruma,
encuéntrame en lo obsceno de la noche,
¡me encontraste sangrando de los poros!;
sin embargo, no siento nada,
no siento mis pies ni mis manos,
necesito del éxtasis de tus vilanos.

Las noches en el taburete del insomnio,
las flores del cardo de mi jardín,
el gato que merodea en las aceras de mis pies;
son entes que me acompañan,
pero aun así, me siento solo,
ya no puedo seguir este protocolo.

─Comienzo a observar que la soledad es cruel,
vuelve a mí, como el aire en respiros,
y te prometo que cada día que pase,
nuestro amor será un millón de suspiros.

viernes, 22 de febrero de 2013

Verdades


Anoche tuve un sueño, no sé si estaba despierto,
¡soñé contigo!, realmente soñaba despierto; 
te soñé en un puchito de tierra,
te movías en el viento de la línea férrea.

Eras como una estrella:
que se encendía en el traspatio de la Luna,
jugueteabas con las luciérnagas,
abrías las ventanas del encierro,
transportabas tus felicidades 
hacia el lugar donde no existe el averno. 

─¡Ah!, ¿me hablaste?, escuché un susurro, 
eras tú hablándole a mis ojos.

─No te duermas, ven conmigo,
viajemos juntos hasta el ombligo,
ese ombligo de la Tierra,
donde todo comenzó aquel día. 

─Sollocemos juntos, amor mío. 

─Ahora despierto, estoy a tu lado,
envuelto en las sábanas de tus poros,
esperando la explosión de tus meteoros.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Traspié


Ahí donde no existe el cántaro del colchón, ahí donde la vida nos juega una mala pasada, ahí donde el traspié es un azote para nuestras culpas, esas que arrastramos y guardamos como crónicas en el zapato oxidado de los cofres; en la ventana, la brisa que tizna la sien del que observa; en las sábanas, el caldo de la guerra pasiva de los poros; en la Tierra, los lobos que se comen las costillas de sus hembras; en el vértigo, el vaivén del pistilo que se pasea en las aceras del azogue; en los matorrales, el sosiego del falo del averno; en los ríos, otros ríos que navegan en el navío del aceite; hoy, el bullicio de las guacalchías, comentando en el parque insepulto, ─¡no puedo decir nada de la muerte!, solamente que la lámpara estuvo encendida durante un tiempo, más tarde, se olvidó del gas que mantenía su luz, y luego la guadaña cobró su recompensa en el banco de las osamentas. Para mí, los espectros que se mueven en el eco, los lirios marchitos de la esperanza, los clavos que inyectan moho en el calcañar del pájaro clarinero, las chiltotas que proclaman justicia en las ramas de los departamentos; ayer, el vino añejo proclamaba el sinsabor de los trenes; los guijarros, un aumento salarial en los ríos; la multitud, un espacio en las noticias vagas de las ocho; ah las grietas, las cárcavas, que son denunciadas por la austeridad del muñeco que habla. Y nosotros amor, cazando moscardones con el matamoscas del insomnio, jugando al erotismo subyacente, buscando en la obscuridad del poema, una parte que se ha perdido en la herrumbre de los prados; mientras tanto, frente a nosotros, cae la brizna en las pupilas del techo; sangramos, luego el átomo poético, cura las heridas del vértigo centelleante.           

martes, 19 de febrero de 2013

Bruma de la semana


Honda la semana que holgazana duerme en el pecho del mes, procesión de pájaros ensimismados en el torrente de sangre de la penitencia, sandalias siguiendo fetiches de la industria explotadora del perdón, calígines que deambulan en la retina de las generaciones, oscuras sienes opacadas por la niebla de la sopa de hongos alucinógenos; frente a mí, la restricción del día, los tabancos que venden ataúdes y crucifijos de porcelana, los lirios y las palmas del muerto bosque. Llueve la ceniza en el entrecejo de los espectros, el silencio de lo santo es evidente; sin embargo, al siguiente día el fuego se retuerce y obliga a escupir a las piedras del roquedal del prójimo. La paz es sólo una palabra llena de veneno, es inevitable, el ojo del huracán traiciona y el tornado del mar destroza el arca del ciego que mira. ─¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?, dijo el enviado del cielo con verso de sabiduría; la manzana no juzga al gusano, simplemente el consejo que se siembra en el viñedo de la certidumbre, es escuchado en lo alto de los montes. Ah las imágenes que carcomen el bolsillo del principiante, como una herrumbre que se adueña del hierro mal elaborado; sigo pensando que las industrias no son las únicas que explotan al obrero, sino también la industria silenciosa, la que finge hacerle un bien al mundo, la que sostiene que es la mejor aportadora. Observo por el agujero de la ventana del claustro y digo: ─¡Cuánto renacuajo en el guacal del agua bendita!, ¡cuánto zancudo inyectando esperma en el cuerpo virgen de las náyades!, ¡cuánto engaño en un sólo círculo!, que locura la que pervive en el sueño estrellado del maicillo; hoy, surge la espina que atraviesa el zapato de los que entienden; los demás, escombros de un terremoto del consumismo que no cesa, aunque las placas tectónicas sigan en la posición correcta.             

lunes, 18 de febrero de 2013

Menudencia


Las lágrimas fueron teñidas en la bandera,
pero la altura sofoca, sube el ego;
se olvida de aquello por lo que se luchó 
dentro del lienzo de los colores del pueblo.

domingo, 17 de febrero de 2013

Desatino


No sé, si el ámbar de los muslos de tus aceras,
tiene el sabor del próximo barco;
pero sé con certeza,
que mis besos de flechas se acoplarán a tu arco.

sábado, 16 de febrero de 2013

Loco


Busqué adentro de una papaya,
un lugar para poder meditar;
pero me encontré,
con un pez transportando 
herrumbres a todo dar.

jueves, 14 de febrero de 2013

Joker


Lo arcano, una manta bordada en piedra,
oculta en lo recóndito de las neuronas
que todavía no ponen un pie en el orbe. 
El color, una ambigüedad más en el dibujo,
y los lápices una tortura para el lienzo 
de las millones de habitaciones.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Lo que descansa en el viento


Una vez más: las turbinas se apagan por el eco del viento, las libélulas pululan en el pálpito de la bóveda celeste, los gavilanes vuelan a contraluz del espasmo, las luciérnagas molestan al difunto que deambula en las aceras de la noche, las cenizas se sientan en la banqueta de la muerte y los guijarros que sobreviven de los desperdicios industriales, siguen perviviendo en las fosas sépticas del cartón podrido; en el traspatio: el paraguas de la tormenta, las lágrimas del invierno, los cabellos de la hojarasca y los conacastes de los escarabajos peloteros; mientras pervivimos: el oro hace fiesta en el burdel del día, las letras y los números fingen que los espectros olvidarán sus negativas hazañas, el fetiche toma el crédito y los lirios azules disparan holgazanería en el núcleo del trabajo. Sin embargo, la almohada dialoga con su patrono, luego es obligada a disparar el esperma del plomo en el pecho del torogoz, que luego cae como costal de frijoles en la calle de los tropiezos agudos; el nada huye de las tertulias interesantes, quizá el zapato tenga sus tachuelas, tenga su propio cuero, pero en el fondo es un ente imprescindible para el orbe de la novela fantástica; ocurre a veces, cuando el cielo está rojo como los claveles del penal que ardió en llamas, que el lienzo que cubre la pupila del entrecejo se cae, y la luz que centellea, abre camino en la retina y explotan los fuegos artificiales de la conciencia. ─Sangra hoy mi viento y mis manos atisban letrinas de varios colores, las sanguijuelas del calor carcomen mis ojos, los colibríes succionan el cierzo del prado, las lechuzas comienzan a ver de día y los peces nadan en el vaho de los senos del lago. Es incierto el presente, es insoslayable pensar en el mañana, pero tú y yo amor, sabemos con certeza que los pensamientos escritos, algún día serán una guerra en contra de las máquinas que explotan los poros de nuestro pueblo mundial.               

martes, 12 de febrero de 2013

Venda, mordaza y grillete


A menudo, los tapujos me son inverosímiles:
he aprendido a escribir en el agua de la poesía sin mordaza, 
he aprendido a caminar con los ojos cerrados, 
he cambiado la justicia por puchitos de sudor literario, 
he dibujado raíces en el cerebro de las manzanas; 
frente a mí, el cerrojo del precipicio arenoso, 
la espada que hiere y se contradice: 
¡cumplo con mi deber!, ¡pasando iba!, 
después, la liberación del grillete es inevitable, 
la justicia acepta la mordida 
y fenece en el desagüe de la rabia. 
 
Ah los pájaros, aquellos que todavía no levantan vuelo, 
aquellos que incluso viven alejados de la tetelque realidad, 
aquellos que creen vivir en el paraíso, 
aquellos que dicen ser salvos; 
sin embargo, la orfandad existe, 
pero no hablo de la orfandad por defunción, 
sino de la orfandad por la holgazanería de los huertos; 
el racimo, con la excusa de visitar la morada de Dios 
y el guineo con la cara sucia y la cáscara llena de aire ácido.
 
─Es dura la gastritis, es duro vivir en medio de tanta gula.     

domingo, 10 de febrero de 2013

Danza, mi amor, danza...


Como un suspiro en la nariz del fuego,
una canica en la alfombra del juego,
siente el pálpito con anhelo,
siente a mi espectro vigilar tu sueño.
 
Danza, mi amor, danza...
 
Como la nota que baila en el cuaderno,
disfruta de mi enfermedad y cura lo enfermo,
pespunta mi vida y rechaza mi orgullo,
toda mi existencia la pasaré al lado tuyo.

Danza, mi amor, danza...
 
Como el cisne que se apega al resuello,
escribe tus lágrimas en mi cabello,
escucha el jadeo de las letras,
en estas rocas todavía pétreas.
 
Danza, mi amor, danza...
 
Y sacude mi boca con tus labios,
adorna mi cuerpo con tus senos sabios,
demuestra aquel amor sincero,
que siempre es tierno y duradero.
 
Danza, mi amor, danza...
 
Escucha el sonido del eco de nuestros besos,
estamos atónitos, pronto desnudos y perplejos;
has pervivido con este loco poeta,
hoy, tu vida es una metáfora en ruleta.
 
Danza, mi amor, danza...
 
Baila para el tesoro que encontramos,
disfrutemos cada segundo que nos amamos,
¿escuchas como el ruiseñor nos canta?
es porque nuestro amor hasta los pájaros encanta.
 
Danza, mi amor, danza...
 
Sigue bailando al son de la melodía loca,
en este orbe que a diario escupe coca;
y aunque nuestro amor algún día sea polvo,
sabremos que nos amamos sin el Volvo.
 
Danza, mi amor, danza... 

sábado, 9 de febrero de 2013

Despilfarro


Resuena el despilfarro en el bolsillo de la disco;
mañana, sólo las sogas envueltas en mariposas,
¿tiene caso el lamentarse?

jueves, 7 de febrero de 2013

Almanaque


Cada lágrima, un segundo que pasa; cada féretro, un sollozo en la banqueta; cada árbol humeante, un pulmón canceroso; cada sábana, un montón de piedras. Luego, el tizne que escupe desde abajo, los signos del zodíaco que emergen del horóscopo de las putas; entre lápices, las ruedas del carretón de la muerte, las que ruedan con sigilo en el portón del agujero, agujero que nos espera como última morada, morada en donde los cisnes navegan y son parte del realismo breve del almanaque que ahora leemos. Siento como lo frío de la escarcha, se posa en la almohada de tus nalgas; solamente, cuando el seno está en punto, el artilugio muerde el pavimento y las lámparas que yacen encendidas en los corrales, le hacen el amor a la obscura noche. A veces, las preguntas se tornan platos casi en llamas, luego las respuestas levantan vuelo en las alas de las chiltotas todavía vivas. ─Yo, errante como el Nautilus, empezando a disparar torpedos desde la trinchera de los cartones, esperando saborear el orgasmo de la Libertad, esperando en el taburete a los juguetes de la Patria, esperando en mi tumba a los espectros, para poder tener una tertulia erótica y satisfactoria. Hoy, la ventisca de la zarza, los himnos del salvajismo, las teñidas canas de aquel El Salvador, que un día fue un país liberado; aquí, en medio de tanta amargura y jadeos espumosos, los versos que hieren, la prosa que arde y el clítoris que apaga el chisporroteo mediocre del machismo político. Me estoy quedando sin saliva, las escupidas se tornan rojas y mi llanto una tertulia más intensa; sin embargo, con el alarido del silencio que deambula en los remolinos que causa la carreta de los gitanos, el apogeo del poema una vez más surge de la vulva de la musa del Amazonas.      

miércoles, 6 de febrero de 2013

Se me vinieron los recuerdos


Se me vinieron los recuerdos y comencé a hilarlos en la aguja de la rueca entre polvos de lirios fugaces. Se me vinieron los recuerdos y algunos ocasionaron vértigos delirantes en el andamio de mis pupilas. Se me vinieron los recuerdos y un pedazo de teja se quebró en la mandíbula del cuaderno. Se me vinieron los recuerdos, y me duele amor, me duele el ver destemplado el tiempo, me duele ver caricias de púas, me duele ver el columpio desvencijado en el dintel del orgasmo, me duele el pálpito de las ventanas, me duele, me duele, me duele... El caminar en el techo de la hojarasca, pisando los pómulos de cada una de las hojas rebeldes, sólo el dulce recuerdo lame la herida del zapato; en el traspatio, los guijarros jóvenes, jugando el juego de azar en la mesa de las cien primaveras, jugando a las canicas peludas frente a los tabancos del televisor, buscando calor en la imagen del tribal que entra y sale; frente a mí, las pesadas arenas del tiempo, los cadáveres que bailan al son del río, las piñatas de la tolerancia, los ciegos que pueden ver y no miran; mientras tanto, la Luna se torna carmesí, jadeando entre las sábanas del espectáculo, disfrutando del maldito dinero; luego, al despertar del insomnio, la Rosa jurando ser la novia de las espinas. Hoy, el tranvía del caudal, sollozándole a la ribera, al soñador, al pobre harapo, al zapato de piel. Sin embargo, se me vinieron los recuerdos y la torre de la mesa vigila el cepillo de las mordidas; el hambre, el hambre que pasé, el hambre de ser libre, el hambre de volver a ser un bebé, el hambre de tener un zapato para darle un puntapié al consumismo. He jurado lealtad al abecedario, he jurado ser un pobre diablo en medio de tanta bala, he jurado ser un peldaño más en la escalera de la transparencia.          

martes, 5 de febrero de 2013

Definición en el poema


Y para los que preguntan: ¿qué es poesía y por qué escribes?, la poesía es: un estado de ánimo, una razón para seguir luchando en el orbe resquebrajado, una lanza con punta de conciencia, un logro en donde la mayor ganancia son los lectores, una bola de cristal que no predice el futuro sino que lo contradice; es: una espada que dispara balas, el silencio que habla al abecedario, un arma letal que se desangra junto al plumaje de la casida, un féretro que no espera que le carguen, una mazmorra semiabierta, un ave que vuela sin alas, una brújula sin puntos cardinales, una nube que siempre tiene preguntas, una caja con respuestas, una Caja de Pandora donde se recopila todo lo fétido, un árbol de raíces muy amargas, pero de frutos muy dulces. El método de salir del recuadro, mutilando verbos y haciéndole la autopsia a cada palabra; sacrificio en donde la sangre fluye en los poros de la olla de barro, susurro que grita en el eco de los árboles, campiña donde hay muy poco cultivo, mundillo en donde el negocio es hacer pensar con más certidumbre a los transeúntes que caminan en los renglones de la lectura; al fin y al cabo, el texto sacude el esperma de los charcos, le hace el amor a las páginas y cornea al torero que finge que ama a los toros; ah la hojarasca, esa que hace muecas al zapato, esa que hace que el calcañar escuche voces, esa que penetra en la hendidura de la retina, esa que anuncia la llegada del otoño, esa, esa, esa... Cumbre donde los azacuanes gobiernan en su nido, montaña en donde el cierzo es una caricia espectral y escalofriante, lugar donde el estiércol tiene más significado que el oro putrefacto que viene de arriba; sitio donde la semilla, si se siembra, produce frutos y luego manzanas frescas. ─Poesía es la virtud del silencio de poder gritarle verdad a los cuatro vientos.

lunes, 4 de febrero de 2013

Furia


Sólo cuando el atol rebalsa,
la orilla de la olla sufre envuelta en marejadas;
luego el insomnio baila ferozmente
y surge la furia como pétalos de espinas.
─Es de rara raza, la furia que renace en la mecha,
salvo cuando el taichí está de por medio,
el alma es como las nubes que deambulan 
en la bola de cristal resquebrajada.

domingo, 3 de febrero de 2013

Anoche


Anoche pensé que había llegado al final del camino, pero me encontré: con más puertas envueltas en sábanas, con hojarascas gimiendo en el estante del andamio, con guijarros despedazando los ojos de Abigail Williams, con puchitos de silencio descuartizadores, con vaginas escupiéndole al sexo ambiguo, con palomas huyendo del cierzo ensimismado, con cangrejos caminando recto en el dintel de la cuerda floja; luego, lo agudo de la aguja, centelleaba en el páramo de las grietas en las nubes. ─Estoy loco, siento como mi locura se expande en el cuaderno de lo imprescindible; fuerzas quizá ya no tenga, pero a veces lo flojo sacude el balcón y nutre con el néctar orgásmico el acantilado de las aves; sin embargo, la campana suena en las líneas férreas del corazón envuelto en silencios obscuros, que desde aquel sitio, grita como mujer preñada, anunciando la triste partida del comal que no terminó de hacer la última pupusa; el tiempo lo tuvo amarrado en sus manos, pero se dejo ahorcar por el grillete que aprisionaba sus ojos cristalinos. A veces me cuesta entender, me cuesta sollozar, me cuesta escribir las cosas que deben ser escritas; nada es color de rosa en este apocalipsis que carcome el acero. La lluvia es cara en estos días, los relámpagos valen poco, los truenos son muy caros y quieren partir en dos al orbe; mientras tanto, mi plumero pelea contra las marejadas polvosas de la incertidumbre, juego a ser un poco brusco en las aceras del sarcasmo, desnudo al cuervo de pie a cabeza con el bisturí del poema; peleo en el ring, en donde muchos no se atreven a enfrentarse a sí mismos; a menudo me enfrento: a la desaparición de mi espectro, a la horca, al plomo de los ricos, a la ausencia de mi sangre, al epitafio en blanco que me espera en las afueras del manicomio ecuestre.         

sábado, 2 de febrero de 2013

A dos caras


La vi caminando en el desvarío de los roquedales;
a contraluz, los senos que envuelven las dos caras,
y la Luna escondiendo su lado oscuro
en el vientre que pronto estará maduro.

viernes, 1 de febrero de 2013

Whisper of February


─Que importa el día y la noche, 
si no hay otra definición más hermosa,
que el de la metáfora fluyendo
entre los senos del tiempo. 

Ya no me interesa la lágrima de mis pupilas,
ya que son un leve manto acuífero,
donde el pétalo es el causante
del sollozo de mi lluvia andante. 

Me sorprende lo bello de la poesía:
cuando me hace volar,
cuando me hace el amor con las figuras,
sin duda, es una nueva partitura.

Ah que febrero: lleno de ilusiones, 
lleno de falsas pasiones,
lleno de úlceras extraordinarias,
sólo yo y tú, flores pasionarias.

Duerme en mi nido, mi niña, 
duerme en este día que no existe,
duerme porque soñarás conmigo
y mañana lograrás descifrar el acertijo. 

Reinvento el tiempo: la primavera,
el otoño, el invierno, el verano,
para poder enamorarme de nuevo,
de ti, en este mundo todavía Medievo. 

Me sangra el calcañar,
pero tú estás ahí, curándolo,
sanando la herida,
para no huir de la huida.

No quiero que termine este ritual,
hay que vencer juntos a la muerte;
pero no hablo de la muerte eterna,
sino de la muerte que gobierna.

He pasado momentos amargos, 
he pasado momentos dulces;
pero lo que más me interesa,
es que los he pasado junto a tu belleza. 

Espero que mi silencio nunca se calle,
para seguir llenando de letras:
tu pubis, tu cara, tus senos, tu envejecer,
para que luego, volvamos a nacer.