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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Plato del día


Nada ni nadie sabe de mi risa.
Puesto que nunca río, así como el río que fluye doliente,
arrastrando cuesta abajo incontables dolores ajenos.
Muchos dirán que soy serio, o que sonrío cuando estoy solo,
o que me carcajeo cuando alguien cae y se lleva de corbata un poco de estiércol.
A veces, es cierto, me río de mí mismo y de la indiferencia que descansa tras el áncora;
la verdad es que no sé qué decir cuando alguien me saluda con palabras grises o negras,
¿tienen color las palabras? Sin duda habréis escuchado hablar a los muertos
o decir una que otra palabra a las mariposas que tañen todo el día.
Cada vez que despierto, el alba desnuda posesa descansa en mi ventana;
de nuevo no sé qué decir, no sé si decirle hola o cuánto lo siento.
─Todo es cuestión de recoger un poco de hilo
y coser quizá un poco de prehistoria sobre su entrecejo desdeñado,
o llevar a cabo todo el proceso de sonreírle una vez más,
mientras todos lloran al ver agusanado cada fruto puesto sobre la mesa.

martes, 29 de septiembre de 2015

A quemarropa... la existencia


El viento líquidamente baja por las calderas del ápice
y desdeña los guijarros que no pueden abandonar el hormiguero.
Sal de ahí ─le dijo la lluvia al verano─, quiero hacerte sudar frío
y llenar de esperma tus cántaros que hierven en desencanto.
(Aquí se mide el aliento con el ancho clítoris sexual de las linternas,
aquí se despinta el crepúsculo y se pinta con colores brillantes.)
Nadie pueda abandonar el estertor de sus espejos,
ni cambiar de dirección las hojas que se deslizan por el pubis.
¡Cuánta agua se derrama a cántaros por el útero de las alondras!
─¡Recógela! Dale de beber al sediento que arropa sus riñones con plomo
y que duerme abrazado a las cápsulas vacías, pero que están llenas de muerte.
¿Dónde está el agua sexual que nos mete en la cabeza otra realidad?
¿Dónde estarán los despojos de aquel crepúsculo que despertaba sin miedo
y que besaba mi pecho cubierto por rastros de sombra y lápiz labial?
Este sueño huye de mí mismo, la existencia es un pormenor del otoño.

lunes, 28 de septiembre de 2015

El otro rostro de medusa


Si pudiera contar toda la saliva que aguarda en los poros del portal
o si hubiera un método para asir un puño de arena, retorcerla
y luego recoger a los pájaros que ofrecieron sus huesos al oleaje.
Si tan solo no fuéramos humanos, sino una porción del vacío,
al que jamás nadie se atreve a desdecir lo que de su boca aflora.
Tal vez sea un misántropo rechazado por mí mismo,
con un rostro cubierto de algas y un cuervo que parece escritorio.
Tengo un puñado de trapos sucios guardados desde hace años,
un espejo que refleja mi cárcel y la cárcel de vosotros.
(Muchos han acudido a mí, mas cada uno ha abandonado su rostro.)