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lunes, 31 de diciembre de 2012

Diccionario


Pasa el tiempo y las palabras todavía desgarran el tintero del conacaste, los sinónimos juegan en la punta del madre cacao, juegan a ser chiltotas, procuran no ser clarineros; ahí en la hierba, echados como vacas, yacen los escarabajos, ocultando sus pelotas de estiércol en la jaula del entrecejo; fingiendo que el mundo es una bola de cebo, una bola de estambre o una bola de metal mohoso; sin embargo, podrían estar en lo cierto, ¡ya no sé qué pensar!, cada página de mi vida se mueve en mi cabeza; aunque los colmillos de la jauría me hacen cosquillas en las axilas: de los ríos ¡qué digo de los ríos!, si a cada rato me dan garrotazos en la nariz; del aire ¡qué puedo manifestar del aire!, si a cada momento golpea mi cara con su látigo de lágrimas; de la Tierra, ¡qué digo de mi amado planeta!, si todos los contaminantes son esquelas que todavía no han sido pagadas. Pronto la naturaleza cobrará sus intereses y nosotros tendremos que prestar algo de color verde a otros planetas; según lo crítico, estoy a punto de morir en el interior de tu cuerpo, el alma se me sacude y los añicos del espejo se meten al corazón, como espinas de aquella negra rosa que aquel día vi sembrada en las rocas del monte Fugi. Lo cruel de los antónimos, me hace agujeros en la espalda; mientras el dolor crece y los colores se marchitan, el poema avanza y mis calcañales están a punto de hundirse en las cenizas que acompañan a este pobre orbe lleno de ilusiones; pinocho, se burla de los de abajo, obtiene todo y los que sudan no obtienen nada a cambio; por esta razón, me uno al significado de las palabras que manifiestan un rencor, debido al mal uso del diccionario de la vida digna; oh diccionario, adivina quién te escribe: solamente un obrero más, un pobre, un pájaro... que busca una solución en medio de tantas astillas.           

domingo, 30 de diciembre de 2012

Colibrí


A veces la estufa arde en tus manos, abanicas al viento, succionas el néctar indescriptible del método, alardeas sobre tus alas, te burlas de la gravedad; a veces olvido que yo también soy un pájaro, sé volar; a veces olvido que mis alas nacieron de la contradicción, me contradigo; a veces olvido que mis plumas son almohadas frías, duermo sobre hielo; a veces olvido que mi pico rompe las leyes, me fugué de la cárcel; a veces olvido que soy tan pequeño en este mundillo busca problemas, soy un hámster; a veces olvido las piedras que golpean mi pecho, ¡hipócritas!, soy realista; sin embargo, el sin embargo a veces me pega trallazos en la lengua o el tal vez me electrifica y causa una corriente positiva que lleva a mi cerebro a actuar más rápido que lo habitual. El abismo del vértigo se sacude y me obliga a caer en la desesperación; pero mis alas se sacuden más rápido y penetro en la luz del pensamiento; el aceptar la vida tal y como nos la pintan otros, es algo inverosímil, hay que prestar los zapatos rotos y caminar con ellos; ahí es donde realmente se sabe cómo vive la otra cara de la moneda y cuanto cacao le hace falta para tener una vida digna en el orbe de los espectros. Si la luz centellea en la luz, la obscuridad se oculta en la oscuridad; esto ya parece un acertijo sin respuesta, la pirámide se desmorona y se hunde en las arenas del Sahara; luego, en cuclillas me arrastro para esquivar las balas de la magnum; aunque las esposas están ahí, buscando manos para atar al mástil; luego obligan a la Luna para que cause una marea mortal y me obligue a naufragar en la isla de la muerte que yace sembrada en la punta de la rosa sangrienta.       

sábado, 29 de diciembre de 2012

Ensalada


Todavía el tiempo pide que se le recuerde;
a través de nuestra respiración, se muestra,
a través del cansancio y el silencio comienza.

viernes, 28 de diciembre de 2012

La pared que se desmorona


Escombros que sollozan junto a los guijarros del desierto amargo, ese desierto que brilla en la pupila de las nubes, esas nubes que padecen de insuficiencia renal y gotean en los árboles, esos árboles que crecen con una raíz de candelabro, ese candelabro que es aposento del fuego, ese fuego que absorbe la corteza terrestre como si fuera un cigarro de marihuana, esa marihuana que aplasta al maíz como una aplanadora, esa aplanadora que allana obreros y los destripa en el pavimento, ese pavimento agrietado en medio de campánulas, esas campánulas con estrías en el casi muerto corazón, ese corazón que bombea perdón y nunca olvida, ese perdón que es una pantalla de humo, ese humo que tiene una natalidad muy elevada, esa natalidad que aumenta cada día y surgen madres solteras, esas madres que luchan por mantener en pie esa pared que se desmorona, esa pared que se sitúa como un escudo de protección, ese escudo individual que posee cada espíritu, ese espíritu que lucha por alcanzar la santidad, esa santidad que profesan tener los fetiches, esos fetiches que lloran sangre en forma de pintura, esa pintura que cubre la identidad, esa identidad atormentada por el 90º, ese 90º que aturde el bolsillo y finge hacer amigos, esos amigos que son una sombra y cuando ya no les pega el Sol desaparecen, ese Sol que calienta como un horno nuestros cuerpos, esos cuerpos ya desmembrados por la motosierra del tiempo, ese tiempo que transcurre a la velocidad de la luz, esa luz que nos ilumina a través de la Luna, esa Luna que continúa menguando junto a las mujeres preñadas, esas mujeres que luchan por ser mujeres guerreras, esas guerreras que nos inspiran en la guerra, esa guerra que hemos levantado contra las injusticias, esas injusticias que llueven a cada momento; guíame hacia la justicia, Luz mía.      

jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Dónde estarán los cántaros de barro?

Pintura de Jorge Valladares Diéguez

Me pregunto: ¿dónde está el ojo de agua?, ¿dónde están las sandalias?, ¿dónde está la camisa de manta?, ¿dónde está el pantalón curtido de barro?, ¿a dónde se ha ido el espíritu del maguey?; quizá, las hamacas escuchen mis preguntas y la zarza espine como objetivo a mis zapatos; no sé, tal vez la ninfa me responda u obligue a mi cuerpo a lanzarse al vacío de las campánulas, para ver si encuentro vestigios; a oscuras, en medio de los escombros, encontré al mimbre sollozando el olvido, roto de los ojos como el cántaro de barro, que fue reemplazado por el plástico que derrumba pinos, conacastes...; en la quebrada, sólo el eco platica conmigo, los pájaros cantan con sigilo, le temen a la hondilla del incienso; sin embargo, las amenazas no son las que vemos a simple vista, ellas yacen ocultas en los productos, esperando dar la puñalada en nuestro bolsillo; por eso los cántaros temen desaparecer del cerebro, escuchan al agua del alambique en el peñasco diciendo: "ven y prueba de mi nacimiento, con mi fórmula nacerás de nuevo y leerás mi pesar"; allí es donde las letras abren heridas: en mis labios, mi voz, mis manos, mis dedos... ahí el poema se torna verosímil y exacto, resucita de entre los muertos; retorna el recuerdo del pasado y atormenta las hojas del cuaderno; ahora en medio de las rocas, el barro, que le da forma a sus entrañas, tratando de sobrevivir a la fosa séptica de la Tierra. Ah, la Luna, comiéndose las olas, digiriendo petróleo y ballenas muertas; la marea bañando a las rocas con el veneno de su regadera y las pirañas alimentándose de los obreros que todavía siguen vivos en los cantones; todo el barro yace debajo de las fábricas que llaman progreso.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ley eléctrica


Estamos en la audiencia final del abogado: la cabeza del licenciado defiende al violador en serie, las mentiras le dan la pauta al veredicto, fingen ser fluidas y certeras ante el juez que juzga; pero por mayoría el jurado decide dejarlo en libertad, y el feto sufre en las entrañas de su madre acuchillada por los espermatozoides fétidos del falo desmesurado. Ah, como quisiera que existiera la ley eléctrica; un chip instalado en las neuronas de nuestro defensor, detectando si está mintiendo y ¡si lo está!, un choque eléctrico por todo el cuerpo, para causar conciencia y hundir en la cárcel de las letrinas al culpable de tal atrocidad. Las lágrimas se posan en las pupilas de nuestra dama, caen como una catarata hacia el vacío del tiempo de arena, y segundos que mueren a cada rato en la tumba del cosmos; algunas se suicidan en la horca del navío, otras permanecen en silencio, ahogándose en sus largos tragos de amargura. Ahora el alambique se presta para extraer las lágrimas y mostrárselas al orbe como una prueba, para sacar del caso al cuervo que se alimenta de ojos a obscuras; el harapo de los ojos se cae en este momento y causa una tormenta, incluso convierte en cenizas las pruebas negativas con el ala del fénix de la justicia verdadera. Llueven vértigos de la bóveda celeste, llueven bolas de fuego, llueven cantaradas de pruebas, llueven senos aullándole a la silla; todo esto llueve cuando se llega a la conclusión exacta. Es misteriosa la justicia, es misteriosa la poesía, es misteriosa la forma de proceder del abecedario, es misteriosa la ley eléctrica.         

martes, 25 de diciembre de 2012

Escuché navajas muertas


Susurrando detrás del espejo, cortando a la hojarasca en pedacitos, disfrutando de la herida que pende de las agujas del reloj a cada momento; oscura noche en el día de los espantapájaros: asustando pericos, asustando gavilanes, asustando al ronquido del sabio y metiendo un poco de luz en la chimenea del diablo. El tizne sobrevive: en la piel de los ciegos, en los parpados de los ojos borrachos, en las pisadas que da el elefante del horóscopo, en el polvo de estrellas traga falos, en el entrecejo humeante de los bueyes, en la pila de orina que cultiva zancudos. Sin embargo, todavía escucho navajas muertas, pidiendo que se les recuerde y que se les haga una estatua de barro en medio de la plaza de los espectros; amiga de doble filo, ¿de dónde viene esa lengua tan destructiva?, ¿esos ojos tan crueles?, ¿esas leyes que a fin de cuentas son mentiras?; hay muchas respuestas sobre la mesa, hay muchas tumbas sin flores, hay estiércol sobrando en cada colmillo, hay sangre que coagula sentimientos y los vuelve escarcha fluorescente. La justicia pide justicia en la silla eléctrica de la mordida; aquel tratando de hacer las cosas conforme a la ley y aquella aprovechando la inocencia de la víctima en la vía; sospecho que estas mordidas se dan a diario, lo malo es que en las noticias no sale absolutamente nada; pero en el corazón de la poesía se descubre hasta el fantasma más oculto, obligándolo a pisar la luz y desenmascarándolo frente al lector que sufre al ras del filo de la lengua. Te pido justicia... Dios mío.          

lunes, 24 de diciembre de 2012

Debajo del dintel y el cisne poseído


Oscuras calles y tormentas de alelíes,
sueños perturbados por el talón de Aquiles;
el pulso de la vena llama retortijones,
y la pluma se curte a borbotones. 

Extraño lienzo de mentira del Aries,
ocultado entre neblinas de diez en diez;
sin embargo, todavía hay moscardones,
que buscan hacerse ricos por medio de dones.

Que oscura serpiente este cisne poseído,
degüella a sus víctimas por la espalda
y luego las lleva al eterno olvido.

El callejón oscuro ahora yace abatido,
y los versos todavía bañan a Esmeralda,
ocasionándole un fuerte deseo aguerrido.

domingo, 23 de diciembre de 2012

El semáforo de la anáfora


La sangre se ofrece al color rojo, la sangre se ofrece como tributo a la sangre; la miel se estremece en el paladar de los transeúntes que deambulan, la miel agridulce del tren férreo se produce por la lluvia ácida de los mojados; el limón se abre paso en la pupila del ciego, el limón comienza a verter coágulos en la lengua puntiaguda de la guacalchía; sólo el zapato puede jugar a pisar las espinas, sólo el clavo juega con la madera inocente. Sin embargo, el semáforo múltiple estropea el cerebro, se vuelve un político en su campaña, le muestra al mundo sus colores y luego enciende otros que tiene bajo la manga; Me pregunto: ¿cuánta nieve se pierde en la niebla del consumismo?, ¿cuántos zapatos caminan hacia el acantilado?, ¿cuántas luciérnagas estropean un día de alegría?, ¿cuántos hermanos son picados por la abeja? Quizá, sólo es mi imaginación, pero en vez de tres colores, veo más de diez y son dagas. Ni la esfinge con sus acertijos es rival para este semáforo de osamentas putrefactas, ni el capitán del barco puede usar sus cañones, ni el general puede obligar a sus soldados, ni los policías vestidos de putas pueden darle sexo; salvo cuando las abejas tienen el mismo aguijón, se pican mutuamente y se destruyen ambas. Ahora el reloj de arena: denuncia el color rojo de los hospitales, denuncia la sangre fría del cocodrilo en celo, denuncia porque no pudo tener el tiempo suficiente para ganar tiempo; pero el arcoíris sigue brillando en la bóveda celeste y mientras brille, nosotros lucharemos contra las tempestades que se avecinan y las del presente.      

sábado, 22 de diciembre de 2012

Amor sin medida


Quiero llegar al clímax contigo 
y sacudir tu sombra con el 
harapo del poema; 
oh amor mío, deja que mis divanes 
hablen de ti a cada momento.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Solsticio de invierno


La quietud de lo inevitable parlotea con la banqueta de mi abuelo, conversando con el tiempo y tomando vino con los minutos que caminan en el tejado de los gatos; estornuda lo sabio, estornuda lo del cosmos, estornuda en el átomo de la flor de izote que permanece quieta en la cumbre de los mayas; sin embargo, una nueva era comienza en este orbe frío y cambiante, el rastrojo todavía es visitado por las abejas que buscan miel en los escombros desteñidos. Pero, ¿qué hacemos en medio de las horas que mueren?, seguramente descosiéndonos con el cortahilos del navío y volviendo a pespuntar los cañaverales a la orilla del río o viviendo acogidos en el hospital del poema. Mientras el segundo palpita en el corazón del reloj, la lluvia trata de pasar desapercibida frente al entrecejo; pero aquí estamos para quitarle el velo y describir sus pocas proezas, no fingimos que el fango no existe y que la rueda del camión no queda atascada; arrullamos al Sol en el regazo de nuestros papeles, le contamos chistes y cuentos para mandarlo a dormir un poco. A menudo, nos ensuciamos las manos en la herrería de las metáforas; pero vale la pena esta faena, el sudor corre por mis dedos y por mis neuronas, el cansancio es enorme y a la vez ecuestre, salvo cuando Pegaso me transporta al mundo soñado. Está quieto el eco, está quieto, quieto y en silencio recoge el ruido de los coches y con él destruye la contaminación de la explotadora. El barniz no se hace esperar, cubre completamente el rocío de las amapolas; y mientras la sartén hace saltar el aceite del orgasmo, nosotros le hacemos el beso negro a la obscuridad y escurrimos como cántaros rotos.           

jueves, 20 de diciembre de 2012

Un salvadoreño perdido llamado: "Colón"


Aquella ave todavía canta ¡dichosofui!,
los que me apreciaban sabían que valía más;
pero el gobierno silvestre quería un dólar más,
ahora las guacalchías sollozan porque me perdí.

Siempre tuve a las montañas por arte,
siempre en mi regazo las ruinas de vuestra raíz,
siempre el escudo brillaba en las manos del maíz;
siempre tuvimos fe en no cambiarte.

Sólo el eco del recuerdo nos devuelve,
lo maravilloso de tus colores vivos;
sólo nos queda recordarte en olivos,
para que algún día vuelva tu carrosa fúnebre.

La chiltota todavía pespunta su nido,
esperando que se vaya la tortura
de toda la vida que no finge ser dura;
lamenta mucho el enorme descuido.

Éramos pobres, pero tú no nos faltabas,
cosechábamos las tierras nuestras,
sacando provecho del maíz de muestras;
todo ha cambiado en la tierra que amabas.

El café que valía un Colón de tus entrañas,
ahora vale un cuarto de dólar de capitalismo,
todo ha sido un pésimo y fétido realismo;
todavía te recuerdo en cada una de mis mañanas. 

En mi gaveta todavía guardo lo que fuiste,
vales mucho para mí, en el presente y el futuro;
guardaré tus escombros en mi muro,
para que tal vez un día vuelvas como te fuiste. 

Colón, que yaces envuelto en la calígine,
espero perdones a los que te vendieron
y su boca no la conviertas en chicharrón;
sin embargo, pido un cambio para la vorágine.

El arcoíris reclama tu bello nombre,
aunque Cristóbal haya sido un genocidio
que arremetió contra mi hermano indio;
pero eras niño entonces, ahora hombre.

El Tazumal te espera en sus ruinas,
orgulloso, porque izaste su orgullo;
una vez más quiere ser tu arrullo,
y que corras por sus campiñas.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Fotos del viento y un cisne perdido


Entre adoquines nació el espasmo de la lágrima, 
perdiendo el tiempo y las sandalias con las que aguantaba;
puesto que el cisne que se perdió, aprendió a volar; 
pero en lo más alto de la bóveda celeste no pudo aterrizar.

Lloviznan plumas del aire, lloviznan lágrimas del viento,
lloviznan pelos del cierzo, lloviznan hojas del tormento;
mientras las mariposas pululan en las aceras de mis pupilas,
el cisne blanco solloza en la banqueta de las filas. 

Ah que oscura la obscuridad que yace sentada en el cerebro,
espera lo que se perdió en lo perdido, escupiéndole al vértigo,
tragando el hollín de la base encarcelada del candelabro.

Quizá, la guerra familiar ahuyentó al ave casi emplumada;
las fotos aparecían con trallazos de destrucción 
y él se alimentaba de los puños sin convicción. 

martes, 18 de diciembre de 2012

Juntos en el traspatio del blues


El crujido de la hojarasca se oye a partir del primer cordaje, atrás de ti voy disfrutando; el Sol cierra las cortinas y las vuelve abrir con la tenaza del calor, exquisito te vuelves en mis tímpanos, el horizonte se vuelve cercano; mientras los cardenales cantan ópera en las ramas de lo expectante, la guitarra suena y entrecruza mis pensamientos; me vuelvo un vate anónimo cuando la araña toca las cuerdas como un relámpago; suenas tú y te escucho yo, vigilando desde aquí a las musas que bailan alrededor del fuego de las cenizas. En todas las ocasiones: has hecho que el horóscopo parezca una simple basura en medio de tus notas, has hecho que las piedras se conviertan en aves que vuelan, has hecho que los árboles nos muestren su dolor en el eco de sus hojas, has hecho que el machete esconda su filo y lo muestre en las hojas del cuaderno, has hecho que las jaulas se abran y liberen al torogoz de su grillete, has hecho lámparas de los cometas e iluminado a los escombros olvidados. El azul de los cristales índigos: nos muestran lo bello del verso, lo bello de la poesía, lo bello de saber que la mujer es una parte de nosotros y no una esclava egipcia; sin embargo, las palmeras sacan chispas y los surcos masturban a otros surcos; es aplastante la realidad realista de nuestro orbe, vivimos a diario en un manicomio sin dinteles; pero el tocadiscos sigue sonando en el silencio y después hace más ruido en los papeles del reciclaje. El saxofón sufre cuando le entra el aire en forma de hollín y herrumbre, las cuerdas le sollozan a la banqueta del traspatio, salvo cuando un cerebro le hace el amor a los instrumentos y eyacula ideas llenas de certidumbre.             

lunes, 17 de diciembre de 2012

Háblame del horizonte


Háblame del horizonte y no de lo que se ve a simple vista; háblame del frío de verano y no del frío de invierno; háblame del cataclismo vivo y no de árboles de hadas; háblame del espantapájaros y no del engaño de la pantalla; háblame de ayuda y no del derroche de navidad; háblame de hamacas y no de camas Indufoam. Navego en las sílabas: encuentro barcos hundidos debajo de la marea de los espectros, encuentro puentes resquebrajados por el maremoto bipolar de la euforia, encuentro zapatos rotos fuera de mi alcance, encuentro vértigos azotando por la espalda al orbe, encuentro a las putas rompiendo el récord mundial de la lujuria. Me envuelvo en lo inverosímil de los cerdos, todo es un racimo de realidad, una cuerda floja en la que los payasos no se caen y usan la barra de los ciegos para mantener el equilibrio. Se observa oscuro el horizonte del realismo; sin embargo, la lámpara del abecedario lucha contra la obscuridad, quitando pedazo por pedazo los lienzos negros del egoísmo. A fin de cuentas, el hollín se aleja de mí; aunque el smog lo ingiera como agua de todos los días, el cenicero se convierte en mi subconsciente y me obliga a recoger las colillas de la garganta a punto de morir asfixiada. Llovizna en el sol de mis días, se vuelve ámbar mi conciencia y se hace añicos el espejo de lo expectante; pero el todavía del cigarro existe en los motores y sigue cultivando humaredas de guerra contra nuestros pulmones. Ah que dolor el que siento en los años, mi pensar se envuelve y mi actuar se proyecta en las estrellas centelleantes de los libros.   

domingo, 16 de diciembre de 2012

Justicia poética


Somos un juez más en el orbe y aunque nuestro bufete es pequeño;
nuestra lucha sigue en el racimo de páginas del cuaderno.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Niños de barro


Niños de ceniza, niños de la calle, niños que deambulan en las faldas del volcán a punto de cataclismo; almas que viajan sin rumbo hacia la guadaña huesuda de la frontera: dolor, sufrimiento, hambre y muchas discriminaciones, que a diario se mezclan con la herrumbre de la explotación drogada. Me sangra la yema de los dedos y mis lágrimas brotan como agua de nacimiento al escuchar los lamentos en las noches, escucho sollozos de gastritis, escucho a huérfanos llorándole a la Luna; sin embargo, desearía que todo esto fuera nada más un mal sueño; pero al despertar el realismo es verosímil y el infierno reclama mi alma; confiado estoy, tengo fe, Dios está conmigo, sólo espero que me ayude a exterminar la pobreza de raíz y sembrar nuevas semillas en el viñedo de la felicidad. Justicia es lo que necesito y necesitamos; no hay que dejar morir el futuro y alimentemos el presente; una y otra vez cantan por ahí: "Feliz Navidad y Año Nuevo", ¡cuál feliz navidad y año nuevo!, cuando deberían cantar infeliz navidad y fétido año nuevo; deberían proyectar un aura más solidaria y ver la realidad con los ojos y no con la espalda. Mediante esta prosa avanza, mis pupilas yacen secas, cansadas de sollozar solas, cansadas de percibir un negativo actuar en el orbe; ayúdame amor, sostiene mi cuerpo, necesito terminar con lo interminable, necesito el abanico para cambiar el viento de dirección, necesito un pedazo de barro para moldear a mi prójimo.    

viernes, 14 de diciembre de 2012

Ventana al vértigo


Para: André Cruchaga

...entre tantas ausencias solo la 
muerte en la estantería de las hojas...
ANDRÉ CRUCHAGA

Sola en la vía del tranvía: gimiéndole al viento, masturbando al cierzo de la pestilencia, haciendo sufrir al azulejo de la hojarasca, durmiendo en medio de tantos espectros que deambulan; sordo el tiempo, ciego el ente, se plasman las lágrimas en las páginas del periódico; mientras los azacuanes hacen fiesta en los rascacielos, tú y yo, levantamos el polvo de las montañas a punto de estertor, dormimos junto a ellas, olvidamos quienes somos; pero al amanecer rompemos el silencio y lo atamos a las páginas del cuaderno de los senos. A veces me entra la duda, en cuanto un muerto muere en manos del plomo, de pronto, por la ventana entra un vendaval muy fuerte y provoca escalofrío en mis huesos a punto de ártico, me confundo y, cuando reacciono los espectros piden justicia. Al rato, acaricio el manto que cubre los pétalos del orgasmo en las metáforas, y de las anáforas no se diga, pierdo la saliva en mi cerebro y lleno de cantidades de raciocinios los nuevos trazos del tiempo; finjo ser un vate que a nadie le importa, pero también sé que de millones de personas que habitan este mundo, por lo menos a uno le agradan los puchitos de conciencia que lleva cada poema. Con orgullo desangro mis venas azules, para unirme a los que fenecen inocentemente; la herrumbre quiere detener con un dedo al Sol; pero mientras exista un cerebro que escriba y otro que lea; los espíritus de los caídos estarán acompañándonos en este orbe lleno de escarcha. Los guijarros no mienten, se unen al tiempo, obligan al agua a pulirlos y entregan la verdad envuelta en misterio; para esto es la poesía: para agarrar vida de las primaveras, para recrear letras a partir del llanto, para sangrar junto a nuestra Patria, para limpiar con el harapo a cada gota, para sobrevivir al ajetreo de la violencia, para echarnos a la espalda los problemas del presente, para sofocar a la lava del volcán rugiente, para calmar los nervios de los transeúntes que buscan el regazo de la ventana al vértigo. 

jueves, 13 de diciembre de 2012

Tinaja estridente


Se derrama el líquido del cráneo en el polvo, 
se aplasta el cántaro y se derrama la gota vital, 
se encuentran restos sin restos;
la identidad platica con el silencio. 

La estridencia enloquece al tímpano del orbe:
los serruchos se pelean por los jeroglíficos,
las locuras compran manicomios,
los lápices dibujan sombras. 

Todo esto es verosímil:
al final la herrumbre carcome el zapato,
al final el féretro viaja en el cauce del río,
al final las cartas se ríen de las velas.

A oscuras, el azacuán se dirige por su olfato,
recoge los restos y los lleva a la morgue;
el destino de sus órganos, el banco;
el destino de su alma, a justicia de Dios.

Veo los huesos míos, como un costal,
esperando que la carrosa fúnebre
haga su recorrido por las calles
y les mienta a los tabancos;
figurando que lo que lleva,
es un producto más de venta.  

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ámbar


Para: Pere Bessó

Ah, cuantos álamos caen rendidos; pero algunos gusanos y lombrices carcomen tu figura. Se desenfrenan mis manos al tocar tu poesía, ─desnuda─, envuelta en resina, me haces tocar el trasfondo de lo inevitable, sacudes y destemplas el tiempo de las arbitrariedades, sofocas al fuego con fuego y, degüellas los puchitos de sudor que brotan a borbotones de los poros del volcán incandescente. Pregúntame amor, si los trallazos que me das en la espalda, me causan vértigo. Sin duda, los pangolines esconden sus temores en la obscuridad del África, pero tú, proyectas tus emociones y las dejas plasmadas en la botella, a la intemperie del mar; para que el náufrago que busca una isla donde naufragar, encuentre algo que le dé ganas de seguir viviendo. Creo que en la perfección de este ámbar, estamos de acuerdo amigo; ambos quitamos las telarañas de los harapos que cubren este cuerpo envuelto en racimos de tabúes, eludimos y afrontamos las convenciones sociales, psicológicas, ¡incluso las religiosas!; me veo fingiendo que soy aceite de oliva en manos de la poesía erótica, sacando el jugo de la pulpa y bebiéndolo como vino Royal Demaria. Sin embargo, esta ebriedad y pasión que envuelve mis pensamientos, son para el bien común: el cauce de conciencia, para los que yacen atormentados en la cima de la obscuridad descolorida; las fanfarrias, para los cantantes que dicen cantar música; el eco, para los tímpanos que aman la sinfonía de la lira de Orfeo; el amor, para las viudas que se quedan solas a la orilla del mar esperando a su amado hasta que mueren; la euforia, para los que viven en constante armonía con los libros; la austeridad, para los que vivimos luchando contra viento y marea junto a nuestras musas.

martes, 11 de diciembre de 2012

Flor de loto


Nadie estudia la fortaleza de tu existencia: porque eres abierta como la "O", fuerte como la "i" minúscula (eres humilde). Tu color, un brillo más para el lago de Garda en Italia; tus raíces, un ornamento para el lago Baikal en Rusia y tus frutos, una enseñanza para los que apreciamos la vida. A veces escucho a tus pétalos hablando con mi silencio, escucho el susurro de tus pistilos, siento tu pubis abofetear mi cara, siento como la fuerza de tu perfume abre agujeros en mi olfato; ahí es donde entra la tinta en el cerebro, fecundando el entrecejo del realismo, haciendo eclosión durante el descifre de los jeroglíficos; es verosímil: el polvo que brota de los espermas, el polvo que finge ser parte de los libros, el polvo que yace esperando en el núcleo de nuestros huesos, el polvo que inhalamos sin querer, el polvo que ensucia los muebles de las neuronas, el polvo que se vende debajo de los puentes. Sin embargo, los cimientos de vuestros ojos se fruncen al ver una letra, es inevitable, de lo bueno nada, de lo malo todo. Pero el cauce del polen no se detiene, sigue viajando en las patas de las abejas y polinizando a otras flores; ahora el néctar nuevo, se bebe como vino en los bares de buena vida, recitando más polen y atrayendo más abejas al panal. ─Soy parte de este panal ahora, haciendo miel en la faena, trabajando como obrero y haciendo respetar mis derechos.                  

lunes, 10 de diciembre de 2012

El caballo de Atila en el siglo XXI


Sangre, cuchillos, pistolas, ametralladoras, políticos, religiones... Es todo lo que todavía sigue dejando el caballo de Atila; el sufrimiento no se hace esperar, fenecen familias en manos de la herrumbre, borbotones de sangre se evaporan en las calles y en los potreros del pulgarcito; el tizne sigue fluyendo en los poros de la Tierra, los espasmos se hacen presentes en las raíces de los pinos, los manglares le sollozan al pulmón del mundo. El sin embargo no existe en el caos, ya que los retortijones no se detienen y siguen atormentando a las primaveras; las pisadas ecuestres eliminan la calidad de vida, las alzas se vuelven minifaldas. Se nota inverosímil cuando los hunos arrasan con un país subdesarrollado; las fábricas, madres de la destrucción y explotación de los obreros; la política, medios de difusión de basura; las armas, un producto más de exportación; los desaparecidos, bancos de órganos. Las arenas del Sahara, se han esparcido por todo el orbe, los colibríes se alimentan del néctar ácido de las flores marchitas, los zancudos succionan de los poros a punto de fuego. ¡Quién dice que las fantasías no son parte de la realidad!, Othar existe en cada cuna del mundo; mientras derramo el sudor en las nalgas de la poesía, él sigue destruyendo lo que se pone en su camino. Pero sé que estas letras, que el silencio trajo a mí, serán una semilla más, en el campo de los que luchamos sin esperar algo a cambio.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Retornando al presente


Como ave que emigra por el cambio de clima; moribundo el presente, arrastrando mensajes olvidados por los náufragos, enfrentando el oleaje máximo del fuego; allá se escucha el eco de las amapolas, el lamento de las putas, las caricias de los espectros. Desnudas caminan las nalgas en las aceras, el alcohol se cree Superman y algunos que fuman se creen Clint Eastwood; sin embargo, son solamente el presente, adornando el arcoíris de las libélulas; siendo simples guijarros que adornan los ríos a punta de muerte; los colores vivos de la sangre, son espectáculos en la televisión y en los periódicos; ya no veo la hora en que perdí a mis amigos, sufro por ellos (sollozo), algunos murieron siendo un señuelo; pero de todos modos,  somos cadáveres pertenecientes al polvo, ¡somos lo que somos!, somos seres humanos con errores; pero no por eso dejamos de pensar en el futuro. Clavado a este orbe me encuentro, retornando al presente, tratando de sobrevivir en medio de tanta piraña terrestre, tratando de ser un colchón más en el mundillo de la poesía, disfrutando de mi silencio, plasmándolo en tinta; aunque las amenazas siempre las hay a la vuelta de la esquina, sigo mi camino como el tranvía, que sigue su riel hasta llegar a su destino.      

sábado, 8 de diciembre de 2012

Camuflaje


Como espía escondes las verdaderas intenciones
y luego te lanzas hacia lo inevitable;
sin embargo, sabes el significado de equilibrio.

viernes, 7 de diciembre de 2012

¿Eres tú... Melissa?


¿Eres tú... Melissa?,
la que fue una oda en mis aposentos,
la que dividía y conquistaba al mismo tiempo,
la que provocaba que el silencio tuviera eco.
Todavía recuerdo el lamento de tu piel, 
todavía recuerdo el cuchillo de la muerte,
todavía es cercano tu espíritu con el mío.
En la conciencia llevo tus caricias,
en los labios, el sabor de tus plácidos besos,
en mis manos, la huella de tus frágiles muslos,
en el cerebro, todo el amor que me confiaste.
Desfallecido en el suelo le sollozo al barro, 
para que me muestre una vez más tu figura;
¡ah que vida más dura!
Cuando me viste abrazando a aquella mujer,
te fuiste directo a casa y no preguntaste quién era;
sólo agarraste el cuchillo y arremetiste con tus venas. 
Espero que escuches la explicación,
ya que la mujer a la que viste en el abrazo,
era mi hermana que necesitaba de mi regazo.
Espero que en el cielo estés ahora,
revisando el acto y el celo que destruyó tu vida.
A veces el preguntar es más sabio,
que atentar absurdamente y con agravio.
Sin embargo, espero el momento de la reunión,
para que nuestros espíritus se reúnan nuevamente. 
Dios, así lo disponga.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ecuánime


Todo un universo de fuerza en la galaxia
y ─nosotros─ un lago de machismo,
que se estanca hasta que encuentra 
su desagüe.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Casida meditando finales


La elegía se torna fría y silenciosa,
los tordos sollozan junto a la calígine;
pero los clavos no dejan que la lluvia fluya,
las mareas no acatan la fuerza de la Luna.
Meditando finales, tristes desenlaces,
ocurriendo como accidentes;
sin embargo, las aceras piden calma,
los tabancos sollozan con el alma,
las tertulias son disputas,
los pájaros vuelan sin alas.
El fin está llegando a su clímax,
la explosión de las pestañas
se hace presente en las faenas;
mientras los anteojos irritan los ojos,
el consumismo se multiplica como piojos. 
Las ratas adornan los árboles de navidad,
los cohetes suben y se estrellan con los niños,
los mosquitos pululan y se bañan en la sangre;
aunque la escarcha se note en el hambre. 
El entrecejo se ve exhausto,
afrontando otra vez el holocausto,
Adolf Hitler se ríe desde el averno,
ya que su sangre fue heredada en el futuro.
El tanque de guerra perdió su toque;
pero las armas pequeñas son el azote.
En boca de la obscuridad escucho refranes,
que van como carrosa hacia los finales.

martes, 4 de diciembre de 2012

Tú y Yo, un cauce vivo


Para: María Antonia Moyano Oliveros

Sigue amor, sigue, estruja mi cuerpo
con tu cuerpo y deja que mi cauce
fluya dentro de tus entrañas;
sin embargo, no olvides que soy frágil,
pero clava tus uñas y besa mi boca ágil.

Somos un lago de pasiones,
tenemos unánimes corazones;
desnudos somos dos conejos,
nos olvidamos de los consejos;
pero ambos sabemos que nos amamos,
así que dibuja caricias en mi pecho;
aunque la Luna sea testigo en nuestro techo.

A veces me imagino una vida sin ti, 
ya no estaría vivo, sino que sería una oquedad,
acompañado de cuervos y soledad.

Apaga la luz ahora amor y busca el tesoro,
que mientras más tardes en buscarlo, más te adoro, 
enfría el calor ardiente de mis venas,
descuartiza lo tímido y seca mis penas.

Tú y Yo, un cauce vivo,
que prevalece en la primavera del olivo
y en todas las estaciones de los años venideros.  

lunes, 3 de diciembre de 2012

Casida de la muerte que deambula


Las etiquetas se vuelven fétidas al mediodía,
los zapatos, un racimo de discordia;
mientras el caos se vuelve verosímil,
las burbujas violetas explotan con el añil.

Sin duda, los petardos son asesinos,
azotan meñiques con dureza;
sin embargo, siempre hay curvas en los caminos,
que extrema ciénaga de la pobreza.
Se hiela el corazón al encontrarse con el filo,
los laureles sollozan junto a sus ramas,
los ancianos juegan a ser dueños del asilo,
y usted y yo, soportamos el frío en las letras.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Casida de una nube perdida


Un día salí por la puerta de atrás, susurrando a las sábanas,
salí porque tenía que salir a escuchar el mensaje de los pájaros;
pero me di cuenta de que una nube estaba perdida,
parece que quería que le mostrara el camino. 
Sin embargo, ella me lo mostró a mí, 
puso en mis cuadernos un sin fin de preguntas, 
después me fue dando cada respuesta;
ahí estuve toda la mañana leyéndolas,
ahora sé que cada nube tiene sabiduría.
Tengo un dormitorio en cada nube ahora, 
cada noche un sueño se hace presente,
luego las tertulias se manifiestan en el subconsciente;
comprendo que los grilletes son adornos,
luego entendimiento y finalmente práctica;
a oscuras se puede notar el ojo del gato,
así también nuestras sabias notas.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Casida en la flor del desierto


Llanos los bolsillos que transportan los caminos:
es necesario convertir a las torres en cuervos,
es necesario nacer en la flor y enterrar cimientos;
es necesario leer y ampliar los conocimientos.

Me inquieta la manera en que los zancudos roban sangre, 
me inquieta el no poder ayudar a todos los que tienen hambre.
Pero a veces tiene más sentido apoyar a un mendigo,
que a borrachos con cara de ladrones, ¡eso es lo que digo!

No sé si está bien cuando los guijarros sufren en los ríos;
pero es más trágico cuando los inocentes mueren en los estíos,
solloza el periódico en las mañanas atormentadas, tristeza...

viernes, 30 de noviembre de 2012

Casida de cómo fue que me convertí en Poeta


Expliqué mi condición y me dijeron que estaba loco:
porque veía nadar a los sapos en la laguna del coco,
porque mi lengua se desangraba hablando verdades,
sacando del costal todo el abecedario de las libertades. 
No necesito ser un filósofo para ver con ojos de águila, 
no necesito tener alas para volar ni ojos de tequila.
Sólo mi cuaderno, mi pluma y mis pensamientos,
acompañan a los pájaros con alas de púas somnolientos.
Mirando el deterioro de mi cuerpo y la vejez de mis letras, 
dejé fuera de mí la adolescencia y me adentré en las praderas.
Al fin y al cabo los senos de la Musa me amamantan, 
embriagando mi conciencia, amaneciendo en las montañas que cantan.
Por eso la austeridad me conmueve y sigue conmoviéndome,
convirtiendo en una faena la escarcha y de este mundo alejándome.
La batalla se ha vuelto verosímil, acudiendo a los espejos,
tiritando junto a los polos y viendo a los pingüinos quedar perplejos.
A veces mi calcañar explota por la presión seca del desierto, 
pero finjo que es nada más un espejismo y se abarrota lo cierto.
Los callos que circulan por las aceras de mi mente, 
se convierten en mendigos con ceniza en la frente, 
sacudiendo fetiches y sangrando de las rodillas dementes.
Cuando veía lo crudo de los altares, lo crudo de los entierros, 
lo crudo de los manjares, lo crudo de los encierros;
pensé que este mundo no tenía una solución viable,
pero ahora sé que la poesía es un arma confiable.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Casida del plumaje


Intento despertar con el amanecer de Luna, 
bañándome en rocío con las espinas de tuna.
He fingido toda la vida que las tarántulas son demonios,
he fingido vivir en un orbe casi cubierto de aluminios,
he demostrado ser un transeúnte que toma los largos caminos. 
Pero volando alto como los tordos, agarro mis plumas
y saco de las venas la tinta colorida de colores.
A veces las lágrimas se vuelven acero en las manos,
el estiércol, un perfume más agradable que el smog,
los pantanos, un lugar más limpio que los ríos y lagos.
A través del espejo se observa el plumaje de los pájaros,
descoloridos, como las bolas de excremento de los escarabajos, 
se observan entes pululando sin rumbo en los espantapájaros. 
Detenidamente, atisbo en el entrecejo de la capa de ozono,
ha perdido su yelmo por la culpa de nuestro grave tono,
ha perdido su plumaje y pronto sus osamentas serán plomo.
El zapato tirita ante los espermatozoides de los dedos,
y los mosquitos pasan de largo, fallando por los miedos;
sin embargo, la fuerza de voluntad sacude los huesos,
terminando con el miedo y explotando en fuegos. 
Frente a los caminos los breñales se visten de esmoquin,
la hojarasca es obligada a servir de cama para el adoquín
y los pinos sirven de testigos al viento andante.
En noviembre los vientos de octubre se sienten,
y los árboles sacuden su pelo y se desmienten;
permite al plumaje blanco revestir tu cuerpo
y llenar tu vida con un nuevo aliento.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

A caballo entre el pubis de la Musa


Resuena la lira puesta en las manos de la Musa, aclarando caminos y acompañando las notas negras de los escombros ecuestres; a veces la escucho sollozar en soledad, aprieto sus muslos y acaricio sus senos; sin embargo, los grafitis todavía viven en los muros. A veces los climas me parecen inverosímiles, tal y como dijo Miguel de Cervantes "verás cosas, Sancho, que no creerás", por eso es que las nalgas de la Tierra yacen escaldadas, sufriendo sin poder defenderse de nosotros los monstruos. Confío en la austeridad de mis letras, por eso penetro en la vulva de la poesía, para provocar el orgasmo en los lectores y sacudir el cerebro semiabierto de los entes. Recorro ahora todo tu cuerpo, deteniendo el curso en cada poro por donde brota el sudor ardiente de tu piel, jadeando encima de tus cabellos y escribiendo un verso más ardiente que la lava del volcán en erupción. Tus labios, ¡qué labios!, aburridos de besar el tiempo, tiempo constante en las violaciones sin sentido; encima de la equidad, le hacemos el amor al viento, sacudimos nuestras herrumbres con el harapo del manantial y obligamos al cauce a transportar nuestras mugres. Me siento junto a ti y trato de llevar la saliva a un nivel más alto, para provocar en ti, un tornado de pasiones y una tormenta de buenas y malas noticias. No olvido el momento en que entregué mi virginidad a la poesía misma, ¡fue grandioso!, y sigo viviendo ese mismo orgasmo con certidumbre y honradez.          

martes, 27 de noviembre de 2012

Me encuentro vacío


Me encuentro vacío, escurriendo en lágrimas, sentado encima de tanto problema, maquinando estrategias de sobrevivencia, mitigando el desastre de las sílabas; plasmando en el zapato, el derrumbe de mi pecho. Frente a mí, los breñales de la muerte, los espejos de los hipócritas, el juego de colores de los políticos; el aguacero se siente como limón estrujado, el fango como el chicle de los anuncios publicitarios; ya no veo el reloj marcando la hora, sino a las agujas apuntándome como si fuera un delincuente, tal si fuera Roque Dalton muriendo en manos de ciegos. Miro a los tabancos vendiendo adicciones sin mesura, evadiendo a la ley de plumas que tenemos; sin embargo, a cada lugar que nos dirigimos, siempre hay una venta de libros, libros que son armas letales, letales porque todo ciego le teme a la luz. Mientras el insomnio me atrapa en su grillete, las figuras literarias salen como un barril de sombras, esperando que alguien las ilumine con la lámpara de la rueca. Todo pensamiento que se encuentre vacío, siempre termina llenando un espacio faltante en nuestros lectores. Todavía escucho el eco de la hojarasca en la falda de mi cerebro, empapada como virgen en su primera vez; ahora guardo el abecedario imprescindible en caja de jade, para heredarlo luego a los que escuchan a los espectros.        

lunes, 26 de noviembre de 2012

Más allá de lo evidente


Cuando veamos más allá de lo evidente: tendremos a la razón en la cúspide de la tortuga, tendremos el corazón retozando de armonía, tendremos las botas bien puestas; tendremos el nivel de pensamiento más alto, de acuerdo a nuestra capacidad de analizar la vida de los demás, comenzando por nosotros mismos. Más allá de lo evidente yacen los problemas más mohosos, más mohosos que el hierro oxidado de la lámpara de mercurio; la escarcha se verá como un espejo de nuestros gazapos, los cristales serán granizos aplasta cráneos durante la época de invierno, los sapos explotarán en su explotación. Sin duda, los azacuanes tendrán más que hartarse, espero no se enfermen con la carne del capitalismo; las tortugas llegarán primero y los conejos se quedarán durmiendo. Tú y yo, estaremos en la rueca pespuntando más evidencias, estrujando letras para sacar el jugo del pensamiento, sollozando y luchando junto al orbe casi zombie. ¡Siento que algo me obliga a penetrar en ti amor!, empapando mis venas con el orgasmo de tu metáfora, sacando fuerzas del té que apacigua mis nervios, ardiendo en llamas junto a tu cuerpo esbelto. Mientras el frío atormenta mis sábanas, sigo soñando con los ojos abiertos, abriendo mi cuaderno y escribiendo la verdad en tinta; sin embargo, mañana es hoy y tendré que hacerle frente al tsunami de hipócritas que se me vienen encima; sólo espero que mis huesos no sean agujas para mis enemigos. Poco a poco, el féretro se acerca por la penumbra de los espectros, pero espero con ansias el día del juicio final.     

domingo, 25 de noviembre de 2012

Palacios de cartón


Ay no quieres,
te asusta
la pobreza,...
Pablo Neruda.

¿Te duele ver pisar la hojarasca con los pies desnudos?, ¿te duele ver pidiendo en la calle a chicos con harapos tristes?, ¡pero qué sonrisas llenas de vida!; ¿te ha dolido ver vestidos llenos de agujeros?, tratando de  dormir en las calles de la gran ciudad, esperando contar ovejas y no gotas de frío; ¿has sentido el impacto en tu pecho cuando un niño es atropellado por las máquinas del diablo?, ¿has puesto una moneda en el vaso mugriento de aquel mendigo que se merece la silla del presidente?; claro que éste se merece la presidencia, porque lleva con él una honestidad inmortal y todas las herrumbres de la pobreza extrema. Sabía que estarías conmigo ahora ─Amor─: tratando de extirpar el cáncer que yace en la riqueza, sacudiendo el polvo de las bocas publicitarias, eliminando los codos que fingen ser cristianos, cortando el hilo de los sacerdotes que les prometen la vida eterna a los que están explotando. Las horas pasan y mientras escribo: aparecen más, más y más pobres; sin embargo, sé que vosotros leeréis mis letras y trataran de eliminar el fuego de las brasas; comenzando por su barrio, luego por los cantones, ciudades y países. A mí no me asusta la pobreza, lo que me asusta es: ver el derroche de dinero que se gasta en comerciales absurdos, llenos de erotismo y poniendo la honra de la mujer por el mismísimo pantano; tirando habladas de política, teniendo guerras innecesarias. Usted y yo, tendremos que apagar el televisor y aprovechar el tiempo buscando tesoros enterrados en palacios de cartón, para ponerlos en alguna faena y exterminar la pobreza poco a poco.

sábado, 24 de noviembre de 2012

viernes, 23 de noviembre de 2012

Afrodita


Diosa de los pistilos, diosa de mis amores;
musa de colores, labios sin errores.
Fantásticas alas, desnudas piernas;
eternos senos, manos eternas.

Diosa del lago, diosa de mil colores;
musa del desasosiego, cadera de flores.
Iris de escarcha, regazo de ninfas;
ocaso de poros, orgasmo de enredaderas.

Llovizna en las sábanas, jadeante;
húmedos vértigos, centelleantes...
que hicieron caer a Miguel de Cervantes.

Ecos derretidos en el cielo palpitante,
que obligan a los problemas errantes,
a fenecer en los vendavales cambiantes.  

jueves, 22 de noviembre de 2012

La minifalda de...


A corta distancia de la cintura del Ecuador, ocultando el cráter inmenso de las mazmorras del fuego; sufriendo el frío de los polos en las nalgas de tu eje; mientras la media cubre tus muslos paralelos, el ozono de tu pubis se desangra junto a los álamos; llovizna desde afuera y te haces vapor por dentro, vomitando encima de las nubes por donde transita el hollín de las fábricas. Allá a lo lejos observo a los sapos inflarse con la inflación, caminando entre tejones manchados de la espalda; la hojarasca tiznada de tus venas, sigue ardiendo como fuego ardiente en tus corazones; debilitándote, sacando fuerzas de los orgasmos vírgenes de los ríos, luchando contra la gravedad del plomo y el smog. La última menstruación se acerca por el cielo, ¡será la última!, ¡se podrirá aceleradamente!, los pantanos emergerán y consumirán las entrañas de todo ser viviente. ─Me veo la tierra de las uñas y sólo veo desechos martirizados por la paulatina herrumbre de los clavos. Irritados los ojos que guardan la lluvia ácida en sus poros; todavía escucho el lamento infernal de los espectros que pululan sobre un bosque que ya no existe. Sin embargo, hay un grito más profundo en la sequía y un jadeo más grave en las hambrunas que se viven bajo los puentes resquebrajados por los rayos. El zancudo rebuzna y los niños caminan dormidos junto a él, esperando la mordida en las tierras de sus pieles; no veo dónde se esconde el malnacido de las alzas, pero le saco a flote y le disparo un proyectil en el cerebro.    

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un día después de ayer en el tiempo


Un día después de ayer en el tiempo: 
las canicas hacían agujeros en mis bolsillos,
los carritos sacudían las carreteras del patio;
hacíamos perfumes de las flores aledañas,
les reventábamos el pecho a las guacalchías, 
jugamos a ocultar el muerto en el jardín. 
 
Un día después de ayer en el tiempo: 
los latigazos abundaban en nuestros errores, 
el haz de leña era nuestro castigo; 
el correrse no era una buena idea,
el sollozar no era la solución,
sino entender a puras palabras. 
 
Un día después de ayer en el tiempo: 
los monstruos de la obscuridad eran imaginarios,
ahora se han vuelto realismo en la punta de mi cuaderno;
Ovidio murió en las manos frías de la muerte,
mis orejas parecían elástico en sus manos;
todo por ser como una piedra lanzada al río.
 
Un día después de ayer en el tiempo: 
mis zapatos eran de piel contra las espinas, 
los ojos sólo atisbaban el color del juego de video;
mientras mi alma disfrutaba de la sombra negativa,
el sombrero de mi abuelo cosechaba en la milpa.
¡Ah qué tiempos aquellos! ─Yo y Tú...─.

Un día después de ayer en el tiempo:
los faroles se encienden en la falda de la poesía,
alumbrando la conciencia del vate ayer niño,
sacudiendo el polvo del petate adolescente;
sin embargo, todavía los cigarros se regalan,
y los héroes los toman como agua de manantial.

martes, 20 de noviembre de 2012

Infiernos


Teñidos los valles con tanta sangre derramada, 
oscuras alas guardadas en la tumba del averno,
azacuanes vomitando en el vértigo del navío, 
sogas apretando fuerte los cuellos del cántaro. 
 
Cinturones de fuego alrededor de la lengua, 
almas sin tregua pespuntando maicillo, 
lenguas a oscuras en el silencio de la mesa, 
pieles con lupus en la ventana de la espera. 
 
Harapos desnudos bajo el puente del olvido, 
hojarascas casi en llamas doblando la esquina, 
clavos en el neumático del vate de hielo, 
abejas clavando su aguijón en el obrero.
 
Los segundos son balas al corazón,
los peldaños, acantilados de lodo;
extrañas herrumbres que vienen de las cloacas, 
causando vómitos a los entes sin sábanas.
 
Usted y yo, respirando azufre cada segundo que pasa; 
pero nos unimos en la cuerda floja y caminamos por ella;
somos una flota de piratas blancos esquivando cañones, 
esperando el momento para hundir la Atlántida nuevamente. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

domingo, 18 de noviembre de 2012

Sin prestigio


Sólo el zapato suena en los nidos de las hormigas
y seguimos como obreros en el mundillo de la metáfora.

Austeridad


Tiene más significado el morder el habano de las letras 
y también sacar de las colillas el humo de tus piernas.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Cuéntame Musa


Si el jeroglífico de Troya en los muros, era igual a éste; dime si la guerra de la Ilíada que se vivió, era igual a ésta; cuéntame si la Odisea era como las parodias que vivimos hoy en día o si Eneida era como el holocausto de los cafetales. Dime si la vida de Aquiles es como la mía o si los dioses sacudían con enojo al orbe sin mesura. A leguas noto la historia entre tus senos, las cuerdas de tus vellos sonándole al caído, las uñas rasgando el corazón de los vates busca democracia y algunos bebiendo de tus pezones; ¡cuéntame Musa!, si los derechos son los mismos, si a la mujer se le respeta como antes o si el hombre se parece a los semidioses. Ahora pienso en las tumbas que aparecieron de la nada, sonsacando espectros del otro lado del espejo, causando vértigo en los ojos de los árboles y merodeando en las raíces de las flores mustias. A veces pienso en lo que estoy pensando y luego olvido lo que pienso, ya que no todas las veces los pensamientos se vuelven práctica continua. Cuando las lágrimas se convierten en centellas fluorescentes, a diario los caminos se llenan de rosas encabronadas, pidiendo tierras a sus padres o figurando que tienen el dominio del mundo. Ah Musa del vate, tienes muchas dudas en tus axilas, muchas inspiraciones de conciencia en cada parte de tu maravilloso cuerpo; cada cabello, una carretera por donde transitamos los vates; cada labio, en donde reposan los nuestros; cada nalga, en donde nos adentramos con sigilo. El texto que hoy escribo, es una pregunta más y una respuesta menos; sin embargo, siento muchos signos de interrogación en el pecho: sangrando a borbotones, ametrallando mis venas, golpeando a trallazos mi piel; sé que algún día moriré, pero dejaré muchas respuestas a las preguntas que nunca acaban. Seguramente veré en aquel lago a Homero y a Virgilio dormidos en el regazo de sus musas.