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sábado, 29 de septiembre de 2012

Esperando tu regreso


Esperando tu regreso en el balcón frío, 
esquivando la blanca nieve con mi clamor,
esperando la barca en las faldas del río, 
sin ti, todo esto es un sopor.

Mi cama vuelta un lecho sombrío,
necesito que vuelvas hojarasca de color,
para que ilumines el bosque con tu brillo
y dejes atrás todo el inmenso calor.

Vuelve aquí, hada de mis sueños,
deja de tocar el violín con el blasón
y derrama toda tu belleza en este corazón.

Espero en el taburete de los años,
tú dormida en el oscuro caparazón
y yo perdiendo cada día la razón.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Ventana mustia


Aquel gemido gris de las arrugas del tiempo, aquellas arrugas que no ocultan la sabiduría, aquellos cabellos blancos que ocultan misterios; son cosas que no volverán. Pero probablemente, las campanas seguirán tocando los versos de los ancianos, las palomas seguirán cantando las coplas en el dintel, los loros seguirán repitiendo las palabras de los dichos. Cuando el color negro estaba en su apogeo, las faldas largas hechas por la portadora, eran una forma respetuosa de representar a la mujer, dando lugar a que los hombres no acosaran como ahora. Recuerdo cuando me acariciaba aquella anciana, tal si fuera la mano de un bebé, deslizaba su mano por mi mejilla y me decía: "hijo mío, cuando este frágil cuerpo se una al polvo de las urbes espectrales, quiero que tengas algo mío, mantenla siempre contigo"; ese algo que con dulzura me dijo: era la felicidad misma, ya que cuando se despidió ─sonrió─. Ahora en el presente, este valor que infunda en mi corazón, yace más alto cada día que pasa, como águila encima de la montaña. Aunque el zorzal cante canciones tristes en la mañana promiscua de los cipreses, el pétalo fantástico de la dulzura siempre permanecerá en medio del libro diestro. Cada piedra que pega en el calcañar, fenece cuando el trasiego llega al zapato; ¿logrará interpretar esta lejanía la hipócrita piedra? Pues las piedras nunca fueron un arma en contra de la felicidad eterna.          

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cenizas guturales


Las voces celestes del acantilado enorme, gimen en la altura del cielo, apagando la luz de la retina humeante, las brasas se hacen presentes en las bolsas de aire. ¡Qué calor!, el que sentimos a menudo por el ajetreo del viento, la voz desaparece ante las nebulosas hirvientes del tabaco, las campánulas se enmohecen ante la ceniza próxima al apocalipsis, la taza humea en medio del plato carmesí del estómago; estallan a menudo los vicios en los escombros negativos, la baraja se hace más transparente con las runas faltantes. Pero mi espectro aquí: tratando de ocultar la bala del simio, reinventando riachuelos sanos a la orilla del vértigo, apagando el fuego con el meteorito curioso de las letras, cubriendo con esperma los problemas ambientales, atisbando azulejos recocidos en los laureles de las cárceles, haciendo hamacas para que descanse el anciano apaleado por el agente. La voz desgarradora de la conciencia, dirige la prosa hacia el luto seguro; pero algunos murieron: por levantar cenizas guturales reales, por decir que eran jarabe, por convertir las palabras en zumo de limón, por causar miedo al asesino. Todo es lucha en la trinchera de la Tierra, el grillete que llevamos puesto, ya no es tan pesado, ahora logramos arrastrarlo hasta la herrumbre de la destrucción, rompiendo las cadenas de la generación, sacando la espada de la piedra para luchar contra las tinieblas obscuras de la costumbre, traicionando a la tradición de levantar tumbas en noviembre, esquivando los sonidos de la campana que anuncia la muerte. Se aproxima otra oleada de cenizas guturales, tengan cuidado porcinos de cuero...                  

martes, 25 de septiembre de 2012

Trallazo


Junto a las cenizas de aquel trallazo negro de los cisnes: la campana tocando canciones de olvido, las arenas del tiempo transmitiendo el péndulo de la hostilidad al ser humano, las hormonas creciendo en el vacío del candelabro, las fundas traicionando a los sables del samurái. Quedan todavía: polvos escondidos en el silencio del barranco, osamentas pululando en el racimo de ilusiones del cerebro, ojos atisbando desde la otra puerta, dientes esperando pegar la mordida en la manzana de la expresión. Caminan de día: los trenes de los leones, los automóviles de los porcinos, las carretas de los topos, la bicicleta de la muerte. Sin embargo, los laureles detienen los vientos, los ríos todavía sollozan, el mar todavía babea por la Luna, los lagos todavía tienen sus sirenas, los mantos acuíferos siguen fluyendo en la sábana del petate. Tendemos a ver cadáveres ambulantes, elefantes volando, sombras desapareciendo en la cintura del suelo, pedazos de niño jugando ¡a qué te mato!, sirenas de dos pies demostrando lo contrario, leones que apenas llegan a gatito, machos que se creen machos, sólo cuando le pegan a su mujer, astronautas digiriendo a la Luna en su botella. El núcleo familiar se ha roto, las cadenas se han vuelto a unir, la cigüeña tiene miedo de llevar la criatura hacia un féretro seguro. ¿Cuándo terminará este apocalipsis?, ¿cuándo cesará esta tormenta?   

lunes, 24 de septiembre de 2012

Si no llueve, llovizna


Si no llueve, llovizna: Yo derrotado en el pavimento mojado de los parques, observando el paraguas de la crítica. Al levantar mis huesos pesados, comienzo a ver con claridad el apogeo de mis versos, veo su debilidad, su desequilibrio, veo que las metáforas se hunden en el fango, observo que el fénix no quiere extender sus alas y las arenas ocultan su brillo. Sin embargo, todo este cauce ha salido de mis venas: provocando en algunos lectores nostalgia, nostalgia que lleva a la certidumbre de lo que se ha perdido en el espacio, espacio que ha ocultado lo nuestro en la axila zodiacal de la silla. Recuerdo haber leído, que los tiempos de antes, eran más duros que los de ahora; eso no detuvo a los poetas guerreros que lucharon por su país en cada costilla del mundo. El permitirse soñar es una muestra de mariposa en capullo, porque ella sabe que se convertirá en mariposa, sabe que logrará extender sus alas; aunque no tenga ningún paraguas para defenderse de las tormentas que se avecinan. Hay una crítica en cada vuelta de la esquina, crítica que debemos tomar como una carretera, siempre tomarla en recto, para balancear la velocidad del pensamiento. Combino el comienzo con el final de los dinosaurios, pero nada los detuvo para que fueran los animales más grandes de este mundo, sólo la tragedia misma; a tal grado, que esa tragedia no llegará nunca a mí, porque soy un hombre fuerte de espíritu...            

domingo, 23 de septiembre de 2012

E-mail a Teresa


Para: Teresa Juana Pérez Machado...
 
Entre las bóvedas celestes de la igualdad de género: me encuentro amarrando los racimos de amigos verdaderos, sofocando los malos prejuicios con la guillotina de la metáfora, haciendo portales en el aire, para poder transportar mi afecto hacia las personas que no queman mi espalda. Navegué hasta Valencia, España: encontrando una maravillosa amiga del alma, a pesar de que nuestros cuerpos están lejos de conocerse, somos los mejores amigos, apreciamos lo que hacemos, a fin de cuentas los amigos para eso estamos, ¿no es así? Sin embargo, en poesía siempre la siento a mi derecha, susurrando amistad, logrando plasmar un día más de vida en las murallas del entrecejo, caminando junto a ella y desechando las letrinas que dicen ser nuestros amigos. Sé, que la gaviota me llevó hacia la cuna de la verdadera felicidad. A veces pienso en los cuarteles de la infancia, siempre estaban conmigo en las buenas y en las malas; pero cuando se llega el momento de la verdad y los cuerpos maduran, muchos de ellos se creen: un presidente, un senador, un diputado, un general; obligando a su boca a cerrarse para siempre para los que eran sus amigos. Siento una brisa cálida que viene de muchas partes del mundo, es la brisa de los verdaderos amigos, de esos amigos que te acompañan en el dolor mismo, de esos amigos que siempre están ahí, aunque el tiempo sea el más difícil, aunque del cielo lluevan rocas pétreas, aunque la sequía abunde, aunque nuestros huesos vuelvan al polvo ensimismado del mar de los espectros...

sábado, 22 de septiembre de 2012

Umbral de la conciencia


Me desnudo ante la puerta del umbral de la conciencia, hiedra que crece constante junto a la austeridad del pensamiento. La rígida montaña en el holocausto perdido, se muestra en la apertura de algún libro, degollando a fuerza de manzanas las gargantas inconscientes del pálido ojo masturbado. Bajo el umbral de la mesa mañanera: hay buitres esperando su carroña, obligados a desmantelar cada pupila del antílope cansado, cansado de vivir bajo las circunstancias de la huida, destrozando a su paso las pobres hojarascas que se le atraviesan en el camino de piedras y cobres. Sin ver: a veces vemos más cosas, que con los ojos abiertos, sentimos que el harapo blanco es el yoga matutino, convertimos el no ver, en observar profundamente dentro de nuestra conciencia misma, obligamos a penetrar la penumbra para encontrar las piezas del reloj que nos hacen falta. Constantemente olvidamos que la puerta es una entrada y salida, pero concientizando, también puede ser un abismo en el que no debemos de caer. Profundo es el callejón por donde pasan los unicornios y no sabemos qué hacen con nuestros sueños. Tal es el caso, que las migajas que le damos al loro, cada vez lo hacen un pez más gordo, mientras nosotros fenecemos a la orilla del vértigo, junto a nuestros huesos con osteoporosis, lograda a través del veneno negro burbujeante de las botellas. Sospecho que septiembre ha sido un día, no un mes, porque simplemente las gaviotas siguen su curso, evitando al cierzo para no caer en tierra firme e involucrarse con el racimo de pobreza extrema...    

viernes, 21 de septiembre de 2012

Soneto a la espuma


Retortijones hechos espumas condenadas,
espermas que fluyen por las quebradas;
¿qué pasó con la Ley del Medio Ambiente?,
¿será que apoya toda esta espuma transeúnte?

El colibrí analiza en estas hondonadas,
la cruel situación de las aguas coronadas; 
disfrutaba del observar el bello torrente,
ahora sólo observa el moscardón pululante.
 
Que terrible es el cielo caído en los guijarros, 
hollín tras hollín lanzado en las cloacas,
dejando frita a la hojarasca con los petardos.
 
Este cauce se vengará en los cerros, 
destruyendo todas las negras placas, 
donde trabajan y comen los cerdos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Malo será


Malo será: 
El que de sus manos brote fuego y que los maderos viejos
sufran a causa de las esquirlas que llueven de su cerebro. 
El que no aprecia su verdadera naturaleza existencial, 
egocentrismo que destruye todo cuanto llega al pedestal. 

Malo será: 
El que en sus manos esté la base de ayuda y esconda 
su solidaridad en lo más profundo de su penumbra.
Lagartos, leones, espadas, cueros, todo para él mismo;
pero que hará cuando la ventisca traiga consigo al sismo. 
 
Malo será:
El diezmo depositado en la urna egoísta plasmada
en el dintel oscuro edificado por las manos negras. 
¿Cuánto odio desnudo en medio del entrecejo?
¿Cuántos sátiros cantando ante el trono del leviatán?
 
Malo será:
Todo camino que se centre en la felicidad del canario,
terminando infeliz y destrozado en la sonata del campanario. 
Todo girasol envuelto en sábanas, ocultando su verdadera 
identidad de las manos claustras del misericordioso Jesucristo. 
 
Malo será: 
El que permanezca sentado sin hacer nada por su país, 
hablando cháchara por los medios de comunicación.
Que torbellino de ilusiones en las neuronas de los pobres, 
dadas por un porcino que lleva una manta llena de herrumbres.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Madrugada silenciosa


Me he desvelado buscando el misterio de la madrugada, 
me perdí en el sueño, el unicornio me llevó a una encrucijada;
debí hacerle caso a mi abuela, ya que me dijo: que no jugara
con los sueños imposibles, pero logré desmontar las piezas.

En el Nilo, me encontraba navegando en mi barquito, 
mientras el barquero me contaba historias de terror;
siguiendo la corriente llegamos a un lugar imposible, 
en donde la cascada era recta como línea paralela. 

Siempre había creído que los sueños eran lápices, 
que eran metáforas pululando como mariposas; 
quería que el sueño no terminara, que no terminara, 
pero desperté con la madrugada, que fría madrugada.

Mis huesos comenzaron a tiritar como los dientes del perro, 
Edgard Allan Poe me gritaba desde la librera enmohecida: 
no tengas miedo de la frialdad en la espada del cosaco, 
ya que nosotros también somos fríos por dentro. 

Supe desde entonces que el hielo podría ser mortalmente frío, 
mortal para los que le temen al silencio del abecedario mismo;
ya que mientras la lengua fría descansa en cada letra de fuego,
esta entra en el interior del glóbulo rojo del lector apasionado.

martes, 18 de septiembre de 2012

Cuando llueve desde adentro

Cuando llueve desde adentro de mí, no me preguntes ¿por qué?, sólo necesito el cálido abrazo para apaciguar el vapor que viene de mi sufrimiento. Derrama todo tu afecto en las flores de mi cuerpo, lo necesito, por favor, deja fluir tu fuego hirviente por el lado frío de mis poros. De toda forma trataré de que el volcán deje de hacer erupción, erupción que lastima mis pupilas: siento irritados los ojos, ¡aléjate de mí!, oscura soledad, ¡aléjate de mí!, frío sufrimiento, ¡aléjate de mí!, salitre de mis entrañas, ¡aléjate de mí!, espada de doble filo. Finjo que las lágrimas sólo han sido gotas, pero han sido más que gotas cálidas, ya que el dolor se plasma en cada sollozo que sueltan mis labios. Desde adentro siento el palpitar acelerado de mis venas, casi explotan, pero no podré detener el torrente sanguinario, sin ti amigo; pero cuando digo amigo, me refiero al verdadero amigo que ha nacido y crecido en amistad, amigo que nunca da la espalda aunque de mis labios surja el último suspiro de vida. Trato de estar firme ante las adversidades que el orbe trae, pero yo solo no puedo, necesito ayuda, confío en el Todopoderoso que enviará un amigo, amigo que no le importe el esperar algo a cambio por su amistad, amistad que dure hasta que los tiempos sean grises, grises porque a menudo las querellas se vuelven más intensas por el calor cambiante. Siento en el pétalo de la rosa, la mohosa herrumbre de mis lágrimas, lágrimas que he derramado porque muchos amigos me han dado la espalda, dejando mi osamenta a la intemperie del buitre carroñero de la soledad...       

lunes, 17 de septiembre de 2012

Copla salvadoreña


Las palmas suenan
al son de la masa
y las tortilleras
bailan su danza.

Los versos se besan
a la orilla del Lempa,
mientras profesan
alegrías con el arpa. 

El cántaro de agua 
viajando en la cabeza,
el pretendiente riendo, 
escondido en la maleza.

La etnia sobreviviendo
después de tantos líos, 
conviviendo con criollos
pasmados en los ríos.

El grillete en el pie
del inocente hermano, 
el otro riendo como cretino,
respirando el aire matutino.  

domingo, 16 de septiembre de 2012

Mariposa en capullo


Solloza la lápida morbosa de la lámpara en la triste cuneta del abismo, 
desgarra el tímpano con su triste canto en medio del dintel del sonambulismo; 
deja a merced de las sábanas el hollín de la herrumbre malgastada, 
abre las ventanas para que entre el falo en forma de espada.
 
Mientras el cambio de tiempo logra apresar las manos de la viuda, 
el incesante transeúnte que camina entre las llamas de la duda; 
logra apagar su placer en medio de las cortinas de carne rosada, 
y la mariposa no se atreve a salir de su capullo para ser amada.
 
La palabra motel se enciende y se apaga, demostrando las pocas ganas 
de esta que trabaja de prostituta por obligación de alguien más fuerte;
sufre el cuerpo y el alma cuando arremeten dos violadores en la cama ecuestre, 
me pregunto: ¿dónde está el derecho de cosechar en la columna campestre?
 
Finjo que este paradigma es un completo desafío para mi mente, 
pero no por eso dejaré de pensar en el pesar de mis semejantes; 
ahora doblego las piernas de la metáfora ante el único remedio, 
sé que ayudará mucho el Todopoderoso en este cementerio.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Crepúsculo incesante


Las noches siguen pasando como vagones de tren:
a espera de aquel cisne que nunca fue..., 
a espera de la lluvia que refleja el espejo,
dislocando cada nalga, formando un cangrejo.
 
¡Hay sequía mía!, hay de aquel que no agradece:
las lágrimas incesantes de tu espera en el balcón del pubis,
las cortinas teñidas de amarillo, para que jueguen con el estío,
las almohadas desgastadas por la mano pálida del pelo.
 
Comenzó a pensar en las largas colas de la espera: 
desgarrando cada minuto en la masturbación del silo,
sollozando a cada segundo, lubricando cada mejilla,
acariciando al gato ─Felix─, destapando su valija.
 
Ahora que encontró el tesoro perdido en el cofre: 
desea arrepentirse de sus malas interpretaciones, 
desea volver a derramar esos líquidos por alguien, 
ese alguien que ahora está con ella y la aprecia.
 
Pero que lastima que la prueba salió positiva
y ahora muere de frío, sin poder volver atrás...

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cauce del lector


Mientras lees, te lees a ti mismo, lees tu propia mente, despiertas en otro mundo, empiezas a dibujar con los ojos: cadenas rotas, cárceles sin puerta, palomas en vuelo, ríos cristalinos, torrentes de meditación, guijarros de reflexión, barcos en tierra, gallinas volando. Página por página, número por número, sílaba por sílaba, multiplicación que lleva a la amplitud de los conocimientos ensimismados en cada libro. Sin embargo, los sapos caen de la torre, la campana le toca al oblivion para que se convierta en recuerdo, la medusa se torna amarilla, mientras el Sol se posa en ella, logran fusionar sus clímax entre mudos jadeos. Detrás de la montaña comienza a cantar el ángel, canciones para el transeúnte que se detuvo a leer lo imprescindible, también en la desembocadura del río, se encuentra la sirena atrayendo al navegante perdido en las letras, llevándolo como vino al mundo a sumergirse en el costal infinito de las metáforas termales. Aquello por lo que muchos han luchado, no ha sido por dinero, ni grandeza, sino por ver al mundo de otro modo, cambiarlo y comenzar de nuevo. Esta simple prosa, es nada más un recordatorio para los que han olvidado la pasión de la lectura, para los que caminan por todo el mundo sin visitar una librería, una biblioteca, un autor. Debemos leer, así como hacemos del baño una rutina diaria, que quita toda suciedad de nuestros cuerpos flagelados. Hasta ahora, lo leído en el terreno, ha sido nada más anuncios con veneno, revistas sucias. Pero si el tiempo cambia, nosotros también tenemos que cambiar de posición, así como el viento que sopla en el pino caribeño del entrecejo...               

jueves, 13 de septiembre de 2012

Un indígena solloza


Un indígena solloza en la oscura taberna iluminada por el candil estrellado, el cosmos de su dios se evaporó, la diosa ninfa lo abandonó, el tigre que tenía en el alma cayó ante el plomo asesino. Desde la montaña lo llamaron: animal salvaje, sinvergüenza, ermitaño, poco hombre..., sin embargo, todas estas faltas a la moral le cayeron al futuro, todo es maquinaria pesada, todo es textil, todo verde ahora es gris, todo río que era sagrado se convirtió en pecado capital, todo lago donde se bañaban las sirenas, ahora es un estanque lleno de fétidos vidrios y metales alcalinos. ¿Qué es lo que quieren quitarme ahora?, si todo cuanto tuve, ha sido mancillado por la ambición del oro, las tierras, las mujeres, ¡malditos violadores!, ¡malditos ladrones!; ahora sólo me queda: mi cultura, mi raíz, mis vestidos, mis hijos, mis granos que apenas llegan a granito de arena; todo esto es una lágrima que brota de la única tierra que tenemos en la cara, sembramos para que el gusano se coma nuestras siembras, sembramos para que el juez ciego desayune, almuerce y cene. Callado en mi choza, me acuerdo cuando danzábamos a la luz de la diosa Luna, haciendo ritual a la viva naturaleza, desnudando la grama con nuestros caites, escondiendo nuestros temores debajo de la cueva del tigre blanco. Todo es relativo, aunque no me tomen importancia en las noticias, sé que cada hora que pasa, es una hora de desierto final, para cada uno de los transeúntes que habitan en las zonas urbanas desarrolladas, que ni siquiera se acuerdan de nosotros los guerreros. Estas zonas que ahora están a punto de morir asfixiadas, con su propio humo fabricado con el oro negro del núcleo de la Tierra, que está acabando con el escudo...    

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Como mariposa


Como mariposa buscamos entre la zarza una respuesta favorable, despellejamos los andenes con los párrafos del libro, le quitamos una pata al taburete con el hacha del lápiz, pensamos luego en la marea que sube y baja, pensamos que el columpio no puede rotar 360º, pensamos que la podadora no es un arma contra la maleza. Sin embargo, nuestras alas sólo vuelan si las sacudimos, nacemos en capullo y sólo Dios sabe si nos convertiremos en buenas mariposas. La respuesta yace en cada palabra que leemos, en cada palabra que devoramos con el cerebro gris. En cada cimiento estamos edificados, esperando el momento oportuno para soñar, buscar algo que nos sirva en nuestro cofre ideal, quizá la loza nos diga si la porcelana es buena, tal vez, el color que no existe nos diga: si el negro es un color o simplemente es algo, algo que no tenemos que recordar, nada más ver pasar como el caracol sobre las paredes, que deja sus huellas plasmadas en cada ladrillo de cerámica envuelto en barro fino. Confío en el barrio de las orugas, esas orugas que logran descubrir su mariposa interior, en todo caso esto es inevitable, tarde o temprano descubrimos en nuestros dedos las huellas: de un pintor, un escritor, un filósofo, un vate o un largo camino por donde pasarán los niños aprendices. Aunque si alguien te dice: "eres un gran poeta", no lo creas, ya que te está mintiendo, tú debes saberlo más que nadie, sólo tú sabes lo que en realidad eres y lo que quieres ser, salvo Dios en las alturas...

martes, 11 de septiembre de 2012

Amor debajo de la guadaña


Todavía en la fría tumba, nuestras osamentas besándose, 
la Luna susurrando a nuestros féretros, para que escuchemos
a las campánulas que abren nuestras ventanas fétidas.

En el aposento frío, nuestras clavículas inmóviles,
nuestros labios caídos, desnudos por el pesar del tiempo,
derramando las últimas gotas, de las mieles de nuestras pieles. 

En las cuatro paredes de nuestro mausoleo, hemos escrito de noche:
─la muerte es nada más el comienzo de la felicidad─, de nuestro camino, 
sabemos, que ¡renaceremos! a la orilla del lago que no está contaminado.

Tú, acariciando mi mentón, abriendo mi boca con tus labios, 
Yo, con paz interior, disfrutando estos besos maravillosos, 
Él, observando nuestra fidelidad desde la bóveda celeste. 

Las piedras ya no son irritantes, las tenemos por almohada, 
los gusanos no parecen asquerosos, sino perfumes devoradores, 
que con sus pequeñas mandíbulas devoraron nuestros malos olores.

Ahora nuestros cráneos limpios de toda carne terrenal, 
ningún pensamiento, sólo el que nuestro amor eterno nos da,
sigue acariciándome amor, hasta que esto culmine en lo celestial.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Corazones ardientes del estío


Resuena la alcoba en el vientre de la tierra, se sacuden las almohadas en el ombligo velludo, las sábanas piden a gritos las desgarradoras garras del águila en vuelo. Escucho en la axila una lechuza sollozante, quiere que sus grandes ojos observen el murmullo del jadeo, el apogeo llega como el cierzo a su botella, la intensidad se opaca de amor, los costales revientan sus hilos, el grito es silencioso. Mientras la querella se vuelve pasiva, el vientre se mueve con sazón, el estertor quema, quema y penetra en los poros. Cambio de posición: los zancudos pululan, y no se atreven a picar la dermis, ya que está ardiendo de pasión eterna, el pubis se mueve al ritmo del ─Rock and roll─, los ojos logran su cauce por el camino de la sien. Se dan las diez de la noche: los gatos empiezan a pelearse, dulces arañazos que demuestran pasión por la vida. Al otro lado del país: las noches en vela, los días en tornados destructores, las horas de la comezón, los hilos malditos de las maquilas, los desechos hechos manantial, las espadas del sigilo en la cabeza del inocente que pasando iba, las cárceles llenas de inocentes, los panales llenos de excremento, las pocilgas llenas de putas, los barriles llenos de entrañas y murciélagos transeúntes. Mientras nosotros aquí en el orbe de los espectros, llenándonos con el ectoplasma de los dioses, sacando y metiendo la flecha en el talón de Aquiles, para luego desayunarnos entre sí, para demostrar que siempre estamos juntos, en las buenas y en las malas, mi corazón querido...             

domingo, 9 de septiembre de 2012

Beso antiguo


Estoy sembrando amapolas rojas a expensas del mar,
preguntándome: ¿por qué los besos ya no son como antes?,
¿por qué ya nadie manda cartas o flores a su abrigar?,
¿acaso se han perdido los barcos azules errantes?

Ahora en los andenes, observo besos botados en el gramal,
observo imágenes de femeninas desnudas en papeles,
que bochorno para las dulces mujeres del comal,
se ha perdido el respeto a los antiguos vergeles.

Pienso en el trabajo de mi bisabuelo,
para conseguir levantar un poco el revuelo,
llevando un poco de leña para el suegro.

Los poemas ya no se dedican al velo, 
pero el vate sigue siendo sincero, 
dedicando cada sílaba al hermoso cabello. 

sábado, 8 de septiembre de 2012

Salto a la epístola


Para: La Conciencia.
De: El Vate. 
 
Te escribo para informarte: que las piedras ya no son obstáculos en este camino en llamas, que las cascadas que traen latas en forma de peces ya no son mi plato favorito, que las nubes han sido lágrimas que he sollozado junto a mi país, que las banderas que están por izarse se ven grises, que las lámparas que alumbran las calles son luciérnagas, ya que la tormenta del desierto destruyó los focos de porcelana que adornaban los andenes. Ahora te presento: los harapos del niño, la soga con la que muchos transeúntes se ahorcaron, el martirio del fanatismo en el cobre de la torre, el chaleco antibalas que cubre nada más el pecho, la falda de la buscona que cubre nada más el pubis, el reloj que no tiene la hora exacta, el segundo desechado en la televisión, el minuto que preñó a la chica de doce años, la hora que llega pesada para los ignorantes. Ahora me despido con la punta del alfiler en los ojos, preparando mi osamenta para penetrar en el dintel del sueño, para lograr vencer al Hades en su mismo juego, convirtiendo mi cama en lana de ovejas, para que Afrodita me arrulle en sus rosados pechos, y amanecer en el lago de los cisnes del cosmos, para luego secarme con el manto de mi feroz esposa. 
 
Sin nada más que agregar, he dicho.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Ventana al vértigo real


La lectura mientras se lleva en el bolsillo de las venas: abre nuevas ventanas, ventanas que llevan al vértigo de la realidad, realidad que solloza de alegría cuando alguien la menciona, sabe que el trabajo de la pluma y el tintero no ha sido en vano. ─A veces observo el volar de los pájaros incesantes cuando se lee un libro verde, una obra negra, una revista amarilla, un cuento maravilloso..., se siente el palpitar de sus corazones, se siente el vaivén de sus plumas al son de las letras, se siente el canto de sus picos en el paladar del lector. Cuando abres un libro: abres la naturaleza misma, abres el otro lado del silencio, abres el oro de la conciencia, abres infinitos conocimientos, abres tu mente. Quizá, dejas este mundo para encerrarte en el silabario filosófico, dejas fluir las pupilas de tus ojos en el corazón del río del libro, haces volar el papalote de las metáforas cubiertas por la hojarasca, siembras anáforas en los arboles de vocales a la orilla del puente. Allá en la librera yacen libros envueltos en arena, esperando algún transeúnte que necesite de ellos; pensando en su soledad, obligo al cierzo para que me mande por e-mail unas cuantas hojas letradas. ¿Cuánto durará el lienzo de las páginas?, ¿cuántos árboles caen en batalla por cada hoja?, la única manera de cubrir este holocausto, es leyendo, leyendo lo imprescindible, leyendo lo imperativo, y guardando cada conocimiento positivo en las neuronas del abuelo...        

jueves, 6 de septiembre de 2012

No soy digno


No soy digno aquí en cuclillas de tocarte,
pero si de abrazarte con mis labios besarte,
deja penetrar en tu carne y poder robarte,
para encontrar la luz con mis ojos amarrarte.
 
En el balcón está observando la Luna menguante, 
deja que mis ojos cristalinos empiecen a sollozarte,
deja que mis sábanas blancas empiecen a encontrarte, 
deja que el piso se mueva al ritmo del cuerpo danzante.
 
Mis latidos se aceleran al ritmo de tu cuerpo,
también tu pecho empieza, empieza a acelerarse,
nuestros líquidos se unen para encontrar el camino.
 
El amanecer llega con la primera luz del solitario, 
amanecimos en sábanas con miedo a ufanarse,
ahorrando energías para la noche del cierzo.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Diluvio de otoño


Me quedé esperando tu calor en el taburete,
sentí el diluvio universal cuando te fuiste, 
el ruiseñor celeste cantó sonetos muy tristes,
convertido en cuervo tuve que ingerir alpistes.

El néctar de las flores derramado en el barrilete,
ocasionando en mí una sequía con el machete,
todavía espero el regreso de tus pies,
pies que amaré hasta que sucumba mi vejez.

Hago caminos del arcoíris de las amapolas, 
tal vez por uno de ellos tu alma vuelva,
por favor vuelve, dulce leona de mi selva.

Llenas de diluvios están mis pálidas alas, 
esperando el manto con encanto de tu fruta,
para que cubras mis años con tu pulpa.

martes, 4 de septiembre de 2012

Venda del vidrio


Intestinos fétidos que corroen con sarcasmo el estómago, 
nudos ocurrentes de la noticia que nace pálida en el mago,
frutas agusanadas en el incienso del perverso anuncio, 
legajos que no llaman la atención, sólo la novela erótica, 
uñas clavadas en la pornografía dada por cada programa, 
encadenadas las manos puestas en el control del perfume, 
nada es lo que parece, cada pieza esconde su significado,
candados que se muestran en la pantalla de humo uniforme,
incendio en el sofá amarillo, que soporta al holgazán ecuestre,
a nada conlleva la lengua putrefacta del influyente terrestre.
 
A veces los niños pasan millones de años viendo su programa, 
basando su tiempo espabilado en vez de buscar la blanca cama,
sospecho que no hay consejo ni dominio en los progenitores, 
una y otra vez el campeón nato es el héroe de los televisores,
ruedan los círculos de la mancha en el vidrio agazapado, 
donde el gusano se come las neuronas del ojo vendado, 
a menudo los libros tienen celos del vidrio ensimismado.
 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Jineteando con seguridad

El jinete perdido, pintura de René Magritte

Esto se ha vuelto ecuestre, en este camino de arcos, arcos que tratamos de conseguirle una flecha adecuada, anduve perdido en el inmenso universo, pero me encontré a salvo en el planeta de la poesía, esta poesía que cabalga junto a mí, desde que escribí la primera vocal en el cuaderno de doscientas páginas, desde ahí empezó mi viaje hacia los libros, libros que ahora son barcos, barcos que me llevan hacia el rumbo del monólogo interior, ese monólogo que intercede como Dios para con sus ovejas. A menudo pienso en mi corcel, pienso en su cansancio con cada día que pasa, pero logra vencer siempre en batalla, luego se va victorioso a contárselo a los duendes, luego los duendes lo difunden entre las hadas, y las hadas se tornan azules, transformando sus alas, en alas de Patria, izando su bandera blanca, abriendo su boca para poder decir: "Soy igual que tú", déjame ser lo que quiero ser. Sigo cabalgando y observo, que pasan las aves en la altura de la bóveda celeste, dejan caer su mensaje en acertijo, yo lo leo de forma lenta, luego lo convierto en trabajo de tinta, ellas agradecen, ya que mi ser hace su trabajo para con ellas. En el camino ecuestre siempre encuentro muros, muros que tratan de detener mi corcel, pero mi corcel literario se los come, como el pasto que crece en las praderas de mi abecedario. Convencí al silabario para que me prestara su montura, montura donde me siento feliz, quiero obtener un cambio en el orbe...      

domingo, 2 de septiembre de 2012

A menudo las querellas


A menudo la querella se vuelve rincones de letrina, un rol que se convierte en roca pesada para el acusado, la balanza no puede hacer nivel a tantos problemas sin sentido, por eso el harapo de la justicia está para ser imparcial a los ojos del juez que dictará sentencia en contra del árbol talado, siempre y cuando este árbol esté en condiciones de ver la realidad en el fondo de la taza; siempre los ladrillos viejos me llamaron la atención, pensaba que mientras más viejo era, más sabio se volvía, desconfío ahora de los mecates que abrazan a las uvas arrugadas de la botella que solloza el haberse casado con una piedra hundida en el fango. Logro comprender a las aves que no pueden volar, porque tienen una espina clavada en el ala derecha, porque tal vez están encerradas en una jaula de huesos que estruja sus plumas con fuerza. Ahora la carrera comienza, esa carrera de quién llegará primero, quién logrará penetrar en la imparcialidad de la jueza, no sé si será el oro, pero tengo la leve sospecha que será la tormenta del sapo que llenará de leche el rincón de las orejas semiabiertas. Sé que el papel de un mayordomo o una ama de llaves es servir a su amo, pero eso quedó sepultado en las arenas del tiempo, ahora el servir es mutuo, ya que tanto como hombre y mujer, somos iguales ante los ojos de Dios, dejemos que la igualdad nos llene de sabiduría amor, dejemos que los pétalos de la rosa dirijan nuestros caminos. De modo que subamos por la escalera de piedra, para no resbalar por el precipicio de la ignorancia, esa ignorancia que mata, sino se le mata a ella primero...     

sábado, 1 de septiembre de 2012

Luna azul


Suspendida sobre el claustro de la noche te mostraste: Mostrando ilusiones, ostentando sueños, dejando que los cristales reflejaran tu luz, siempre a tiempo, llegas como abeja a su flor, satélite mío, cuerpo celeste en vestimenta de seda. La bóveda celeste te guardó como diamantes en caja de jade, la Caja de Pandora huyó, pues no pudo soportar tanta belleza proveniente de la creación. Los peces esperaron impacientes la entrada de tus zapatillas de cristal, se deleitaron, tomaron fotos y las revelaron, para guardarte en su álbum favorito. Ahora yo te guardo en mi costal de letras, ya que soy un pobre humilde, pero disfruto de las maravillas de la naturaleza, naturaleza que todavía guarda su amatista, amatista que vale mucho, ya que todos los seres humanos necesitamos la jungla para seguir viviendo y cargando nuestros tanques con aire puro. Pienso en cuándo volveré a ver tus vestidos azules, pienso cuándo tendré la oportunidad de estar junto a ti, creo que ya lo estoy, permíteme morder una parte de ti, para que mi paladar guarde tu fragmento para siempre. Sin embargo, paso de largo cuando alguien hace humear su pipa, contaminando mis y los pulmones del orbe. Veo el mar doblegado ante tu inmensa estatura, estatura que logras cada vez que te vuelves llena, sí, llena de espejos que reflejan los rayos de luz de tu amado, amado que se encuentra iluminando la otra parte del mundo, evaporando las últimas gotas de lluvia que yacen en este cementerio en forma de desierto...