Y el patio todas las lágrimas traduce,
las lágrimas que a través del adobe se cuelan
por el corazón añejo que yace dentro del rancho.
Ella entiende mi alma de navío, ella es un relámpago,
una luz que rompe a mis ojos en llanto.
Todos los días le pido al Divino Señor:
que si se lleva a mi mamita,
la guarde como lucecita dentro de mi pecho;
pa’ que alumbre mi camino,
así como cuando yo aún era un feto.
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