Penden del cielo las copas que no se inclinan,
ni de sus labios dejan caer el vino rojo del que beben las
aves.
─Las disidencias no existen cuando el lavatorio existe y
existo.
Ante tanta brújula, el papel manchado con engranajes de vértigo,
las moscas son las misántropas más fieles a sus creencias.
Nadie da un paso sin que tropiece con el ojo abierto del
musgo,
nadie mira hacia el cielo y sale ileso, nadie convence al
arcoíris nocturno,
nadie mastica su desayuno sin tragar la náusea del eco.
(Nadie habla sin ser escuchado por los muertos del manicomio.)
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