El padre es un charco.
La madre es una pobre gota sin cauce.
El hijo es una nube gris sobre el amate.
(Ellos conforman
exactamente lo que llamaríamos un reloj sin péndulo.)
El padre se enfurece, es un invierno azorado; el hijo se
disfraza,
es un sembrador de desidia; la madre, es una estrella hundida
en el fango.
El padre trabaja la tierra, en la tierra siembra cólera y
cosecha flores de bruma.
El hijo convierte pedazos de árbol en munición para sus
sueños sombríos.
La madre unta sus heridas con aceite de la fragua.
El hijo tiene puntos suspensivos tatuados en las pupilas.
El padre bebe vorazmente
del odre.
El hijo ahora es una polilla de destrucción.
La madre escucha voces en el espejo. Hiedras susurran.La soledad construyó un abismo entre ellos.
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