Abre tus manos,
piensa en construir un palacio:
arriba en las nubes
o fuera de este mundo.
Abre tus manos,
piensa en los materiales:
pueden ser ladrillos de estrella
o rubíes ocultos en otro planeta.
Abre tu pecho,
piensa con quién vivirías;
no puedes vivir solo,
pues de que serviría la vida
si la vives como una piedra
oculta en la piel del desierto.
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