Desde luego, me rehúso a ser hospitalario,
me rehúso a ser el velamen donde se identifica
el espantapájaros
y hace de las suyas al escudriñar el
terciopelo de mis violines.
Es un misterio para mí. Asimismo para Lezama
Lima que en Rocío descanse.
Nadie sueña sin saber por cuál camino ha de
andar a tientas,
nadie barre su casa hasta no saber si la
basura está de acuerdo en salir con el polvo.
─Estupefacto me encuentro al encontrarme, al
encontrarte otra vez con el insomnio.
Descuida. Ya cada uno sabe en qué baldosa ha
de vomitar el reflejo,
el reflejo de la muerte pintada, pintada de
verde, áureos disfraces.
Me rehúso a ser hospitalario, me rehúso a ser otro candelabro sin entrañas.
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